¿Cómo mercedino, que puedo hacer por la ciudad?

Por Alejandro Francisco Molle

¿Cuántas veces criticamos todo lo que se hace o deja de hacerse en el país, la provincia y el pago chico?. Admitamos, para la crítica estamos mandados a ser; somos expertos e inigualables en charlas de café.

Cuando allá por el 2001 y 2002 blandían y batían cacerolas y otros especímenes de las cocinas hogareñas y se desgañitaban con aquello del “que se vayan todos” – en referencia a la dirigencia política – cabe interrogarse el por qué en vez gritar y ofuscarse con o sin razón ¿porqué no allegaban propuestas para emerger de la crisis?.

Dista ya una década de aquellos instantes y como nos hallamos frente a una nueva ronda electoral cabe formularse otro pregunta: ¿porqué dejamos en manos de algunos pocos que sean los conductores del futuro?.

Comités, unidades básicas y locales partidarios nos necesitan. Y nos necesitan no para ir a calentar sillas, tomar unos mates o engullirnos un choripán o empanadas, sino que nos necesitan para dialogar en torno a cómo remediar pesares, recomponer vínculos de amistad ciudadana y aportar nuestra voz como contribuyentes al diseño de materializaciones de esperanza.

Nos debemos un cambio de postura. Cabe sentirnos como personas en el rol de actor central y ser parte trascendental para el cambio.

No interesa el local o agrupación que decidamos acercarnos; lo importante será acercarnos, involucrarnos, porque si queremos mejorar la vida mercedina y corregir rumbos, no podemos quedarnos acariciando a la mascota de la casa o mirando televisión. De espectadores transformémonos en actores del porvenir colectivo.

En los locales las puertas están abiertas y que más quieren los que los dirigen ver nuevas caras con frescas e imaginativas inquietudes. No desaprovechemos la hora.

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