Soy del Encuentro

Por Claudia Lucero

Es tiempo de “paz”. Luego de la vorágine eleccionaria, las aguas se han calmado y se aproximan las vacaciones; la mirada y la intención en general están puestas en el descanso. No obstante, a quienes nos sigue bullendo la necesidad del ejercicio político, cada ocasión es oportunidad de demostrarlo. Particularmente, el momento político próximo pasado me ha sido en lo personal adverso, o tal vez no. A veces es necesario dar un paso al costado para ver con mayor objetividad. Nunca he creído en confrontaciones vacías que lo único que promueven es el desencanto. Por eso, y luego de tantos dimes y diretes en torno a una situación que creo superada en lo que a mí respecta y ampliamente explicada (quien quiera entender que entienda) vuelvo al ruedo, aunque tampoco nunca me fui. Sigo el acontecer político y me involucro en la medida de mis posibilidades para dar testimonio de aquello en lo que creo.

Por eso “vuelvo”, al Encuentro, así, lisa y llanamente, de aquello por lo que creo que vale la pena luchar.

No es este un mero juego de palabras: vuelvo al encuentro de la política, desde este espacio que es el Encuentro, espacio en el que confío y que quisiera desarrollar y dar a conocer. Encuentro por la Democracia y la Equidad (EDE) es el partido que fundó Sabbatella en Morón y desde el que irradia para ir construyéndose poco a poco, sin prisa y firmemente en un partido nacional.

Luego vendría el Nuevo Encuentro, como frente que aglutina a quienes desde agrupaciones políticamente afines coinciden en un proyecto nacional. NE que agrupaba a militantes del SI, del PC y a “particulares” que supuestamente sin filiación política, han dicidido apoyar y compartir un modo de hacer política.

Por de pronto, aquí en Mercedes el NE ha generado un regusto amargo por las particularidades de quienes intentamos constituirlo localmente. De modo que ahora mi elección es el Encuentro, un partido cuyas ideas comparto y por el que me animo a poner el cuerpo. Obviamente sin recursos económicos, pero no por eso carente de proyectos y de ideas par a llevar adelante, y de lo que he dado muestras en mi desempeño como concejal. Trayectoria que no anduve sola sin duda, porque en ese momento había gente que me acompañaba para sostener lo que enunciábamos.

En cuanto a nuevas fuerzas que han surgido, afines a nuestro pensamiento en algunos aspectos, solo puedo decir que les concedo el beneficio de la duda; una duda en positivo puesto que creo que está todo por hacer y dependerá de ellos demostrar en los hechos cómo se sostiene el discurso. No sin reservas y para ello, aporto un ejemplo: El concejal López que estuvo con Zubeldía, luego con Selva y luego con Zubeldía y luego con Ustarroz, con quién se quedará, no ya desde el punto de vista personal sino de lo que cada uno representa políticamente.

Descarto las explicaciones del caso ya que sé que no le falta al concejal verborragia explicativa. Y de lo que explique cada uno sacará sus conclusiones.

Siento sí un particular resquemor por no ver una representación progresista en el Concejo, porque más allá de lo que se enuncie, vale decir, adherir al proyecto nacional de Cristina Kirchner, los hechos han demostrado que la adhesión en muchos casos ha sido solo discursiva; de los hechos no hay más que ver el registro de los proyectos que han votado a favor o en contra en estos años quienes se dicen kirchneristas o apelan frecuentemente a la idea de la justicia social.

Y volviendo… digo que vuelvo al Encuentro de un proyecto nacional que aspira apoyar las políticas nacionales como las que se están llevando adelante, e instar para que vayamos por más; y para ello siempre el camino ha sido largo y difícil por lo que se requiere compromiso e imaginación (todavía sigo creyendo en utopías); para quienes deseen acompañarme estaré siempre dispuesta a exponer mis ideas, mis proyectos y a discutir puntos de vista.

Yo soy del Encuentro. El Encuentro me representa, no sólo como un marco de referencia, porque si quisiera hacer mi peregrina y local voluntad política simplemente, me dedicaría a otra cosa.

También quisiera tener algunas palabras en relación a la última contienda electoral polarizada entre fuerzas que dicen adherir a un mismo proyecto nacional. Sin entrar en detalles creo, a diferencia de la opinión de un conocido hombre de los medios locales, difundido por el facebook: “Como no votaron a Ustarroz, olvídense de…”. Respeto su opinión pero disiento. Ahora más que nunca es momento de demostrar capacidad de gestión. Yo no creo en vendettas, sino en la construcción, en la capacidad y en dar la oportunidad de que se demuestre todo lo bueno que se puede hacer cuando hay detrás verdadera convicción y deseos de modificar la realidad para mejor, se ocupe el lugar que se ocupe.

Por último, inicié estas reflexiones hablando de determinadas circunstancias u ocasiones que dan pie a manifestar por dónde andamos políticamente. Acaba de aprobarse en el Concejo de La Plata una ordenanza por la cual se crea la Oficina Municipal del Inquilino, cuya misión es mediar en las transacciones inmobiliarias entre inquilinos y propietarios, de modo de ir equilibrando la balanza en cuanto a derechos de cada uno de los actores. En Mercedes, hace un año presentamos un proyecto en el mismo sentido, que en estos momentos está en consideración del Departamento Ejecutivo, del intendente. Esperemos que esta vez se advierta que los inquilinos somos un amplio sector invisibilizado, librado a su suerte y a las decisiones del “mercado” porque no hay nadie que nos defienda, para que empecemos a encaminar acciones en pos de ofrecer alternativas; porque todos querríamos acceder a un techo, pero mientras se deciden políticas estructurales al respecto, no hay más salida que alquilar.

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