Héctor Pescio productor de durazno, ganador y con amplia trayectoria

El vecino del Cuartel VIII reflotó un histórico apellido en los anales del Fiesta Nacional del Durazno. Los Pescio, una familia casi pionera en la producción duraznera en Mercedes.

El jurado de la 36ta Fiesta Nacional del Durazno integrado por el Ingeniero Agrónomo Juan José Lanzelotti, la directora de la Estación Experimental del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Gownlad, Ingeniera Agrónoma Beatriz Alicia González y el Ingeniero Gabriel Valentini, integrante del cuerpo de profesionales del INTA San Pedro resolvieron consagrar a Héctor Pescio como el mejor productor del año de duraznos por entender, según lo dieron a conocer, que se trabaja del producto con más sabor, tamaño y consistencia entre las treinta muestras presentadas por productores de nuestra ciudad y de San Pedro.

El segundo lugar en la premiación le correspondió a Sebastián Zunino del Cuartel IX y el tercero a la joven Camila Ponce de Altamira mientras que el jurado resolvió entregar la distinción como productor destacado al joven Federico Pescio.

El intendente Carlos Selva acompañado por su par de la ciudad de Baradero, Aldo Carozzi fueron los encargados de entregar a Héctor Pescio el trofeo y la plaqueta que lo distinguen como el mejor productor duranzero del año.

Ya en la carpa de prensa, el flamante ganador sostuvo entre otros conceptos “a lo largo de muchas décadas mi familia a ganado muchos premios con sus producciones de duraznos, nuestro trabajo viene desde mis abuelos y hace más de cien años que venimos en esta tarea y en esta oportunidad el premio que obtuve corresponde a la variedad conocida con el nombre de “curacata mejorado que muchos productores han dejado de trabajar y que en nuestra familia afortunadamente la seguimos conservando.

Nosotros tenemos alrededor de una docena de variedades diferentes para poder trabajar con tranquilidad y continuidad a lo largo de todos los meses de la temporada” para luego agregar “las variedades se fueron modificando con el correr de los años, hoy podemos decir que nuestros duraznos ya no son los mismos que los que producíamos hace décadas atrás, han cambiado el tamaño, el color y hasta el sabor, todo producto de las exigencias del mercado que nos llevo a efectuar dichos cambios, pero estoy seguro que de a poco volveremos a lo que teníamos antes”

Por último precisó que a pesar que él y su familia ponen todo el trabajo sin la ayuda brindada por el municipio no hubiesen podido continuar con la producción de durazno ya que habían llegado a tener solo cuatrocientas plantas y ahora han vuelto a una cantidad interesante: cuatro mil.

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