Insolidaridad de desaprensivos, una mirada desde «Unidad y Lealtad»

Por Alejandro Molle

La insolidaridad ciudadana es una clara muestra de inconducta humana.

Vemos, a diario, espacios debidamente señalizados o exprofeso construidos por el municipio para el mejor desplazamiento de discapacitados y son ocupados para su paso por distintos vehículos sin que por ello se le mueva una pestaña.

Ni que hablar de los ruidos molestos producidos, también, en la mayoría de los casos, por parte del parque automotor o moto vehicular, sus raides a todo trapo o expeliendo a diestra y siniestra insalubres humaredas.

Otra manifestación comprobable es ver como algunos arrojan bolsas con residuos en lugares no permitidos, por ejemplo, en canteros de las avenidas, caminos vecinales, terrenos baldíos, curso de agua, parque municipal y hasta en la misma reserva natural Arroyo Balta, etc.

¿Acaso algunos pretenden que la comunidad se amigue con la mugre?.

En cuanto a veredas en mal estado parecerían que fueran gratificantes para los propietarios o tenedores de inmuebles, esperanzados en ver quien se va de traste o de frente, o en días de lluvias se enchastra sus prendas por la flojedad de baldosas.

Otro aspecto y de no menor entidad son las pintarrageadas inscripciones en frentes domiciliarios, públicos, monumentos (el de Evita es emblemático).

Son un verdadero flagelo que deben tener una respuestas de toda la sociedad. Enchastrar es una conducta a sabiendas de su injusticia intrínseca y quien lo realiza comete el delito de daño.

Está, también, el abusivo consumo de agua corriente. El agua es un medio de vida. La friolera consumista en Mercedes es injustificada. El derroche, una afrenta y un malsano comportamiento social. Además, su extracción del subsuelo no es para nada gratuita sino onerosa por la demanda en energía eléctrica que requieren para su funcionamiento la veintena de bombas municipales.

COMENTARIOS

Comentarios

Comentar noticia