Molle: ¿Qué esperamos de los venideros gobernantes municipales?

Por Alejandro Molle //

En pasados días en estas páginas un comentario político indicaba una probable nómina de quienes podrían resultar futuros candidatos a jefes comunales, toda una conjetura. Su acierto o no habrá de comprobarse en la tercer semana de junio de 2015.

Más que ocuparnos de quiénes concurrirán a los combates electorales de agosto y octubre del quince, antes valdría la pena ofrecieran no sólo el temario ilustrativo que se proponen, sino de qué modo piensan llevarlo a cabo, los fondos que habrían de necesitar y cómo captarlos.

Gobernar es administrar el bien común y no emparchar o actuar como bombero.

¿Qué esperamos los vecinos del común?. Que los que aspiran a la conducción municipal se ocupen en el tiempo que resta a junio del quince al análisis de cuestiones que hacen al bienestar general, de modo que cuando salgan a patear la calle cuenten con sobrado conocimiento de distintos temas. Y temas hay, como cuentas de un rosario.

¿Cuáles, por ejemplo?. La falta de presión en la red de distribución de agua corriente; cómo volver a poner en práctica el sellamiento de placas de cemento del pavimento; el bacheo; cómo prestar el servicio de recolección de residuos en las poblaciones rurales; a dónde van a parar los desechos industriales; el podado racional del arbolado urbano y de los caminos rurales; qué destino darle a los residuos domiciliarios…

A todo ello habría que sumarle: incentivar el uso de casco para los motociclistas; desarchivar los distintos proyectos elaborados sobre un servicio municipal de emergencias en la vía pública; dónde instalar lomos de burro para evitar el desarrollo de altas velocidades de vehículos de todo porte; cómo redistribuir patrullas móviles de control de tránsito. Poner coto al vuelco de líquidos contaminantes al río Luján; recuperar la lozanía del parque municipal; fundar nuevos servicios educativos en los cuatro puntos cardinales de zonas con alta densidad demográfica. Sumar nuevos jardines maternales; promover el incremento de servicios ferroviarios; mantener bien cuidados los juegos infantiles en plazas y plazoletas; renovar el sistema cloacal del microcentro y como ampliar tal servicio a barrios que todavía carecen. Neutralizar la emisión de ruidos molestos de todo tipo y en igual modo de gases por deficitarias combustiones; como evitar el sonar de chicharras en los pasos a nivel que a menudo pululan innecesariamente por horas; ampliar el servicio de alumbrado público en zonas periféricas; repensar el sistema de la seguridad y mapear las zonas de mayor índice de conflictos de todo orden; constante limpieza de cunetas y crear de una vez por todas el banco municipal de tierras municipales y no adquiriendo fracciones en las llamadas planicie de inundación. Hacerle ver el Poder Ejecutivo de la provincia la inconveniencia que sigan permaneciendo juzgados de orden penal en el microcentro donde a diario se observa el traslado a pie de detenidos y procesados de un lado para otro; en síntesis: el necesario complejo judicial.

¿Los enumerados son los temas de frecuente charla en cafés, clubes, ONG, barriadas o todavía hay más?.

Gobernar es un desafío y entender que el poder político es un servicio.

El temario enumerado no se agota con los descriptos. Que no se nos rompa la esperanza y menos aún dejemos solos a quienes se perfilan para el reemplazo comunal. La ciudad es de todos y no de un grupúsculo de iluminados; de lo contrario no hay de qué quejarse.

 

 

COMENTARIOS

Comentarios

Comentar noticia