Un logro nacional que nos enorgullece a todos

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– Por Osvaldo Arizio – 

Como docente investigador que fui siempre y como rector de una Universidad Nacional, pública y gratuita en la actualidad, siento un profundo orgullo por el logro de la ciencia y la técnica de nuestro país, de haber colocado en órbita el ARSAT 1, satélite de diseño, construcción y programación argentina, con la materialización de lo mejor de nuestra inteligencia y de los saberes acumulados.

Nuestro país vivió el pasado jueves una jornada histórica que nos involucra como sociedad y a nuestra universidad como institución de desarrollo educativo y científico. El Arsat – 1 fue lanzado desde la Guayana Francesa poniéndonos nuevamente como Nación entre las primeras del mundo y marcando el rumbo científico tecnológico latinoamericano.

Sin lugar a dudas este logro es fruto de las políticas públicas que en materia de ciencia y tecnología se aplican en el país desde los últimos años con la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, la repatriación de científicos, la fuerte ampliación del número de becarios investigadores y los más altos niveles de presupuesto universitario y en ciencia y técnica que recordemos, medidos como porcentaje del PBI. Políticas públicas que contrastan con aquellas que realizaban quitas en nuestros salarios y nos enviaban a lavar los platos.

Este hecho muestra a las claras la calidad de los recursos humanos que se forman mayoritariamente en nuestras universidades públicas, gratuitas e inclusivas, demostrando una vez más que los recursos económicos destinados a la educación no son un gasto sino una inversión.

El Arsat-1  es una página más de nuestra trayectoria científica como país, que se suma al esfuerzo cotidiano que realizan nuestros investigadores en cada universidad, en cada instituto, en cada espacio de estudio y reflexión, y que nos permite mostrar de manera orgullosa cinco premios nobel, tres de ellos en ciencia: Bernardo Alberto Houssay, Luis Federico Leloir y César Milstein (Adolfo Pérez Esquivel y Carlos Saavedra Lamas de la paz).

Me queda sólo decir: Felicitaciones a los que soñaron y concretaron tamaña empresa y, por supuesto, gracias.

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