No «todos somos Nisman»

 – Por Claudia Landini – La muerte que aún la justicia investiga del fiscal general Nisman, ha despertado un sinfín de exposiciones mediáticas que poco aportan a la realidad. Un minoritario sector de la población concurrió a la Plaza de Mayo con la leyenda “todos somos Nisman”, idéntica a la adoptada por ciudadanos en redes sociales. Todo ello sin mirar algunos aspectos de fondo que, llevan a que digamos: “no todos somos Nisman” por más que como sociedad nos involucre o afecte políticamente su deceso.

Embajada

El Fiscal General había decidido tomar la dirección investigativa más afín a la Embajada de Estados Unidos poniendo en un segundo plano los nexos locales. Fue un hombre que alertaba al embajador de los avances, retrocesos y decisiones que tomaba el juez, incluso mucho antes de que los argentinos nos enteráramos. Es decir: les informaba directamente. La Embajada de Estados Unidos lo reconoció y en el libro “Politileaks” de O´Donnell se expone: “En mayo de 2008, Nisman llamó a la embajada tantas veces para “pedir perdón” por no haber avisado que iba a pedir la captura del ex presidente Carlos Menem, que la sede diplomática escribió tres cables distintos dando cuenta de las sucesivas ampliaciones del pedido de disculpas. En diciembre de ese año, Nisman llamó a la embajada para darle un “advance notice” de que iniciaría acciones civiles en contra de los sospechosos iraníes. En mayo de 2009, le avisó a la embajada con un día de anticipación que pediría la captura del colombiano-libanés Samuel Salman El Reda por considerarlo miembro de la “conexión local” del atentado.”, entre otros detalles del Fiscal informante. Claramente le interesaba más quedar bien con el país del norte que con los ciudadanos argentinos a quien representaba en su función.

CIA

El auto Audi que manejaba actualmente sin los papeles correspondientes el fiscal Alberto Nisman,  es de una empresa estadounidense cuyo titular es un ex agente de la CIA. Ninguna certeza tenemos de que sea ex o los roles que cumplía en el país, ni el vínculo con un hombre de la actividad pública como es el fiscal de uno de los atentados más atroces que vivió la Argentina.

Especial

Su empleado Lagomarsino cobraba 41.000 pesos mensuales, siendo ésto algo absolutamente inusual. Más que un jurista internacional que asesora a la Justicia Argentina. Lagomarsino sólo rendía cuentas a Nisman y él decidía renovarle cada seis meses el contrato. En la fiscalía prácticamente no lo veían. ¿Qué tareas realizaba? Se pregunta el especialista Raúl Kollman en un interesante artículo días atrás.

Escrito

No hay que ser un abogado o doctor en leyes para leer y comprender que su denuncia era frágil, que se asemejaba a una monografía de estudios terciarios más que a una acusación contra una presidenta, su canciller y miembros del ámbito político, apuntándolos como cómplices del “terrorismo” internacional. Tras conocerse dicha denuncia,  ningún jurista de importancia del país opinó favorablemente, por el contrario, hasta la oposición política tuvo que decir: “esperábamos más de la denuncia”. Varios jueces se negaron a continuar con ella.

No somos

La mayoría, casi la totalidad de la población no tenemos acceso a la Embajada de Estados Unidos y menos para darle información precisa y reservada de la justicia argentina. No manejamos un Audi sin conocerse la vinculación, de una empresa norteamericana de un ex agente de la CIA, no tenemos escuchas ilegales para armar una causa (floja por cierto para tamaña acusación, donde sólo las últimas dos páginas las dedica a la parte jurídica) ni estamos en los medios de comunicación narrando hechos aún no juzgados. Tampoco vivimos en Le Parc ni recibimos  quince llamadas de quien un día después deberá interrogarnos desde un puesto de diputado votado por la ciudadanía. Ninguno de los lectores me atrevo a decir, siquiera sospecha, quién es agente de inteligencia de los que hay sueltos en Mercedes, tal como el fiscal sabía y conocía, además de tenerlos como fuente de información.

Simplemente no somos la mayoría, Nisman, porque no estamos en la especulación política ni en el juego de la justicia ni en el entramado de los intereses internacionales y en vinculación con los servicios de inteligencia. No merecía morir, nadie merece morir y ojalá se sepa con detalle y justicia quien es el culpable o instigador si lo hay. Que se sepa para bien de la sociedad, como corresponde.

 

 

 

COMENTARIOS

Comentarios

6 comentarios en «No «todos somos Nisman»»

  1. Sra Landini,usted no es Nisman,queda claro con su relato.No necesito un auto alta gama,vivir en le parc,cobrar 40000 pesos,necesito como todo ciudadano argentino que nuestros representantes sean honestos y limpios.Considera a Nisman un alumno universitario por lo que iba a exponer,si se presentaba a la justicia ,los acusados ¿no tenían cómo defenderse?.Saludos.

  2. Ojala todos seamos como Nisman que quiso mostrar la verdad de este gobierno corrupto!! Lastima que de tan corruptos que son lo terminaron matando

  3. Excelente análisis Claudia! Nadie merece morir, pero Nisman fue un muerto que le tiraron al gobierno, no por las cosas que el gobierno hace mal, sino por las que hace bien. Nisman era claramente un personaje político mas que judicial, y su «denuncia» contra el acuerdo con Iran era una payasada encargada por la embajada.

  4. Sra Claudia:
    Yo fui autor del artículo anterior, «Todos somos Nisman».
    Quiero decirle que me siento menospreciado cuando usted afirma a partir de este luctuoso y preocupante hecho han aparecido «un sinfín de exposiciones mediáticas que poco aportan a la realidad… idéntica a la adoptada por ciudadanos en redes sociales. Todo ello sin mirar algunos aspectos de fondo…»
    He dado, -como muchos otros argentinos- testimonio de nuestra más profunda preocupación por el clima social y político y por la bisagra histórica que esta muerte puede significar para nuestra joven democracia.
    Y también he dado argumentos.
    Entre ellos el del permanente apoyo en el Senado de parte de uno de los peores símbolos políticos para este gobierno; sel Senador Memen, que no purga su condena pues la mayoría Kirchnerista no decide retirarle los fueros de senador a cambio de un conveniente voto en las sesiones.
    Por otra parte, que usted mencione el sueldo de un asesor como Lagomarsino o su forma de vida, como inusual sólo puede ser tomado como una humorada (la lista de funcionarios gubernamentales enriquecidos o viviendo en Puerto Madero o en los mejores lugares del sur argentino debería ser suficiente contraprueba).
    De todos modos considero su opinión respetable y enriquecedora al debate de ideas. Algo que debería ser un hecho inherente a la vida democrática, aunque las posturas o las acciones -como una Marcha del Silencio- de una parte importante de la sociedad, no sean compartidas por usted y por otros colegas suyos.
    Cordialmente,
    Oscar Dinova /Escritor

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