La Noche de los Bastones Largos: su repercusión en Mercedes y otros hechos relacionados

Por Tulio Ortiz /

LA NOCHE DE LOS BASTONES LARGOS DEL 29 DE JULIO DE 1966

SU REPERCUSIÓN EN MERCEDES Y OTROS HECHOS POSTERIORES RELACIONADOS

Mercedes, no obstante no ser una ciudad universitaria, ha gozado y goza de una importante presencia de estudiantes y egresados de Derecho, Medicina, Ingeniería, etc. Provenientes de las universidades, publicas y privadas, aunque La Plata y Buenos Aires concitaban la preferencia. Me refiero a mediados del siglo pasado y aun hoy en día. Preferente las facultades de Derecho, seguramente por la sesquicentenaria vigencia de los Tribunales.

Por lo tanto, lo ocurrido el 29 de Julio de 1966 en la llamada “Noche de los Bastones Largos” produjo una reacción muy fuerte que pasamos a evocar.

El 28 de Junio de 1966 un golpe cívico militar destituye al presidente constitucional Arturo Illia, interrumpiendo un estado de derecho muy difícil y con claroscuros pero que hubiera logrado sus objetivos de pacificación e integración democrática con más tiempo. Se alejaba así uno de los presidentes más ejemplares de la historia argentina. En Mercedes terminó abruptamente el mandato del Intendente, Arq. Juan Marín, hombre de la cultura mercedina y de honestidad incuestionable.

Desde ese lamentablemente día comenzó a correr una cuenta regresiva para las universidades autónomas, gobernadas por los tres claustros y que vivían una de sus épocas de oro. Sin duda, no podían coexistir con un gobierno que había clausurado los partidos políticos, confiscado sus bienes y llevado a la clandestinidad a las juventudes políticas.

Finalmente, el viernes 29 a la noche[1], tras dictarse la llamada “Ley” 16.912, se produjo el fin de la autonomía, consumándose el asalto a las Universidades, siendo la más castigada la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales donde la Guardia de Infantería de la Policía Federal (comandada por el General Carlos Fonseca a bordo de un patrullero), ingresó con suma violencia y apaleó cuanto encontraba a su paso. En la volteada cayeron profesores y estudiantes y, para mala suerte del gobierno, un norteamericano llamado Warren Ambrose que era Profesor de Matemáticas en
Massachusetts Institute of Technology
e invitado en la Universidad Nacional de Buenos Aires, donde estaba dando clase en esos momentos. Ello permitió que al otro día el New York Times comentara el suceso acompañando fotos e ilustrando al mundo del atropello. En la carta, el Profesor Ambrose, tras describir lo ocurrido, concluía:

“Parece simplemente reflejar el odio del actual gobierno por los universitarios, odio para mí incomprensible, ya que a mi juicio constituyen un magnífico grupo, que han estado tratando de construir una atmósfera universitaria similar a la de las universidades norteamericanas”

nochebastones

De inmediato en Mercedes egresados[1] y estudiantes universitarios fueron convocados a una asamblea del centro universitario para tomar alguna decisión al respecto. Ella se realizó el sábado 13 de agosto, en la sede social del Club Mercedes de 29 y 20. Entre los más entusiastas estaban Atilio Diorio, Daniel Rolfo, Guillermo San Martin, Edgardo Ubaldo Ferrer, Héctor Rey Gardi, Juan Antonio Portesi, Roberto Bigatti, Mario Rivas, Juan Martín Aguirre y muchos más.

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El Club Mercedes fue fundado en 1875 por el Dr. Manuel Langenheim

Después de las discusiones (pues, asombrosamente, había personas que apoyaban la intervención y a los Bastones Largos), se votó una declaración de claro repudio. Los perdidosos se retiraron profiriendo advertencias de todo tipo.

 

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El lujoso salón del Club Mercedes donde se realizó la Asamblea del 13 de agosto de 1966, hoy importante confitería

Consecuentemente, en los diarios locales se difundió la declaración de repudio tomada por la Asamblea, que tuvo gran eco en la opinión pública.

nuevaera

 

Con Daniel Rolfo (que había presenciado la irrupción de la Infantería de la Policía en la Facultad de Derecho aquella fatídica noche) se nos encomendó que  la lleváramos en manos al ex Rector, Ing. Hilario Fernández Long, quien nos atendió en una oficina en el centro de Buenos Aires. La conversación fue breve, emotiva y profunda. La impresión que conservo es de un hombre joven, inteligente y dinámico que aun tenía mucho por hacer por la Universidad de Buenos Aires.

Además, se le hizo llegar muestras de solidaridad a la Dra. Emilia Ferreiro, a través de su padre, el inolvidable médico, Dr.  Alberto Ferreiro (1898-1982). Recordemos que la prestigiosa mercedina estuvo vinculada por décadas, y hasta la muerte de éste, con el Dr. Rolando García, Decano de la Facultad asaltada, quien sufrió la humillación de aquella noche en carne propia.

Ing. Hilario Fernández Long,  Rector de la Universidad de Buenos Aires
Ing. Hilario Fernández Long,
Rector de la Universidad de Buenos Aires

 

Los partidarios de la Intervención, respondieron, a su vez, por medio de una solicitada, el 21 de agosto, donde rechazaban la declaración y desconocían la validez de la Asamblea a la que descalificaban mientras secundaban la intervención con expresiones inexcusables. (Creo, o quiero creer, que muchos de ellos se arrepintieron, más adelante, de su error al comprobar  que la intrusión policial en las universidades solo trajo al país males irremediables).

Al mes siguiente, quienes habían repudiado la intervención, ante el asesinato del estudiante Santiago Pampillón en Córdoba (12 de septiembre de 1966)[1],  pidieron oficiar una misa al R.P. Alfredo Kelly, de feliz memoria y amigo de muchos de los participantes en la Asamblea, en la Iglesia San Patricio[2], el domingo 18 de septiembre, en la “Misa de Once”.

El conmovedor sermón fue una pieza oratoria magistral. Dijo, entre otras cosas, el R.P. Alfredo Kelly:

“De ahí que frente a la muerte de Santiago Pampillón, no entramos a juzgar sus motivos y circunstancias; nos alegramos, si, en que se asemeja a la de Cristo, porque es la muerte de un no-violento a manos de alguien que cree en la violencia. Así nos alegramos de que el ahora espera la Resurrección, mientras su sangre, ofrecida con la de Cristo, aplacará las injusticias y llevará al triunfo de la verdad”[1].

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R.P. Alfredo Kelly (1933 -1976)

Asimismo, leyeron, los estudiantes democráticos, una suerte de “proclama” en el tradicional Baile de los Estudiantes en el Circolo Italiano de 22 entre 21 y 23. El repudio se efectuó en perfecto orden y con permiso del organizador del evento, señor Alberto Fucci.

A su vez, algunos de los firmantes de la solicitada favorable a la intervención, realizaron un  acto en la Biblioteca Sarmiento, donde fue orador principal un alto Oficial de Ejército, mercedino de nacimiento, quien se refirió a la ideología comunista.

Con efecto retardado, el entonces Comisionado Municipal (que había reemplazado al legítimo Intendente, Arq. Juan Marín), organizó una denominada “Semana Estudiantil” en ocasión del Día de la Primavera de 1967, ocasión que sufrió el rechazo de estudiantes y egresados, según registran los diarios del 19 al 21 de aquel mes[1].

Estos continuaron con su resistencia, realizando volanteadas, organizando reuniones no públicas, muchas de ellas en el diario El Oeste, de 33 y 28, dirigido entonces por el recordado Teobaldo Bustos Berrondo y en algún significativo domicilio particular. Su acción más importante, junto con otras fuerzas, fue el acto cívico en el Atrio de la Catedral de Mercedes cuando los asesinatos de los estudiantes Cabral, Bello y Blanco, en mayo de 1969, en los días del Cordobazo. El evento, que congregó una multitud (que llevaba en la solapa una escarapela argentina con luto), fue controlado por la Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y sus poderosos perros, convocada por las autoridades locales , que lograron impedir que se colocara la ofrenda floral al pie de la Estatua de la Libertad .

Al mismo tiempo, en esos años aparecieron en Mercedes varios grupos como VIPOAL, PROA y hasta un incipiente Movimiento Vecinal, todos con novedosas propuestas culturales, sociales y comunitarias y cuyas historias merecerían un estudio aparte.

Medio siglo después, estoy más convencido que nunca que la intervención policiaca a las universidades no solo fue una barbaridad, sino también un tremendo error político. En la Universidad de Buenos Aires por vez primera en la historia gobernaban los sectores Humanistas de extracción cristiana (Julio Olivera e Hilario Fernández Long ) que fueron desalojados.

Concluyó, para las universidades públicas, una época de oro, asentándoles un golpe de efectos catastróficos, (se contabilizan 1.378 los docentes que renuncian o parten al exilio. Unos 301 emigraron: 215 eran científicos y 86 investigadores en distintas áreas). Se inició el éxodo de científicos que no se detendría a partir de entonces, exilios, cierre de laboratorios, clausura de la actividad de los centros de estudiantes, en fin, dejando, a parte, de la juventud a merced de la tentación de otras opciones, al no encontrar ni en las universidades libertad ni en los partidos políticos canales para su idealismo y rebeldía.

En este Cincuentenario, mi recuerdo para todos los mercedinos que actuaron en aquellos días de los Bastones Largos, en defensa de la cultura y la democracia. Principalmente a quienes nos precedieron, como Edgardo Ubaldo Ferrer, Roberto Bigatti y Alfredo Kelly, hoy uno de los Mártires Palotinos.

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1 – El viernes anterior, 22 de julio, el gobierno de facto había clausurado la revista “Tía Vicenta”.

2 – El destino deparó que recibiera mi título de abogado el jueves 28 de julio, o sea el día anterior a la intervención. Por lo tanto que fuera firmado por las autoridades legítimas, el Rector Hilario Fernández Long y el Secretario Académico, Ludovico Ivanissevich Machado.

3 – Foto cortesía del Dr. Daniel Rolfo.

4 – Foto cortesía del Dr. Daniel Rolfo.

5 – Córdoba, por meses, fue el lugar de mayor resistencia a la intervención.

6 – Impresiona recordar que aquella Misa fue oficiada desde el mismo Altar  donde fue velado,  en julio de 1976, junto con los demás sacerdotes asesinados el día 4.

7 – Estas palabras podrían haber sido dichas después de su propia muerte.

8 –  Fue muy elogiado el poema, publicado en un diario local, de un joven y talentoso escritor mercedino, hoy radicado en Europa, audaz y comprometido, que, refiriéndose a la festividad oficial, terminaba así:

“burbujas en los ojos,

bayonetas en las manos…”

9 – El Comisionado Municipal de ese momento había superado en impopularidad a su antecesor, máxime al haber colgado un gigantesco cuadro del entonces presidente de facto en la Sala de Espera de su Despacho.

10 –  La Estatua de la Libertad (y el Monumento a San Martin) son obras, precisamente, del depuesto Intendente de Mercedes, Arq. Juan Marín (con la colaboración de Albor Úngaro, Octimio Landi y otros). Fue inaugurada el 24 de septiembre de 1954 por el entonces Gobernador Vicente V. Aloé.

11 – Publicó, en 1994, un libro llamado “Jesús, el Nazareno”.

 
[1] El destino deparó que recibiera mi título de abogado el jueves 28 de julio, o sea el día anterior a la intervención. Por lo tanto que fuera firmado por las autoridades legítimas, el Rector Hilario Fernández Long y el Secretario Académico, Ludovico Ivanissevich Machado.
[1] El viernes anterior, 22 de julio, el gobierno de facto había clausurado la revista “Tía Vicenta”.

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