Aprender a Leer (Por Gabriela Luna)

Por Gabriela Luna – La actual Biblioteca popular Domingo Faustino  Sarmiento fue fundada en la tarde del 4 de Septiembre  de 1887 en el Salón de Actos del entonces Cabildo de Mercedes ,emplazado en el predio de la actual Municipalidad. El mismísimo prócer ,carta mediante, aprobó la imposición de su nombre. Este fue el paso decisivo que sellara los esfuerzos del grupo fundacional, y gracias a ellos comenzó a brillar una de las primeras bibliotecas populares de nuestro territorio.

Su edificio clásico y majestuoso acompaña el conjunto de hermosas arquitecturas que definieron el perfil de una ciudad pujante. Y desde su nacimiento alberga un patrimonio cultural y artístico que debiera honrarnos como mercedinos.

Creo que todos quienes tuvieron una experiencia directa con este lugar tienen recuerdos maravillosos para compartir. En mi niñez y juventud pasé muchas horas admirando su belleza y creciendo sumergida en las páginas de tamaño océano. Por entonces me recibía Don Pedro Pasquinelli, luego también  su  hija Luvi .Los dos cuidaron de la Biblioteca como su tesoro. Todo brillaba: el pasado que relatan sus documentos ,el presente en los diarios locales ( siempre en la mesa de entrada a la sala principal ), y el futuro en los textos escolares, enciclopedias, la sala de computación, la biblioteca Brayle , la amada colección de estampillas  que don Pedro adquirió con paciencia y orgullo. Y más.

Pero quisiera detenerme en su Museo de Bellas Artes,En esos años yo cursaba en  la Escuela de Arte de Luján el Magisterio en Artes Visuales, luego el Profesorado y finalmente el Profesorado Superior. Los recursos con los que contábamos como estudiantes eran pocos: no existía la fotocopiadora, ni hablar de los celulares, las computadoras, tablets, nubes informáticas o alguno de los recursos actuales. Este mundo era ciencia ficción.

Los libros de Arte siempre fueron carísimos, y el método de proyección de imágenes más avanzado era el  proyector de diapositivas; cuanto más el retroproyector. No es difícil imaginar, entonces, que la Biblioteca para mi era un templo, y que pasaba largas horas fichando libros y enciclopedias, asistiendo a charlas, formándome.

El mayor impacto era  la pinacoteca y colección de esculturas.¡Los grandes maestros, en versión original, al alcance de mis ojos!. Los calcos griegos vigilando la sala principal de lectura, un aguafuerte de Quinquela, acrílicos de Ary Brizzi, esculturas de Luis Perlotti…Autores hoy  presentes en la colección de nuestro Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.

Pasaron los años, para mi y para la Biblioteca. Volví en contadas ocasiones. Una de ellas ( y lo digo con orgullo) en la inauguración del busto de Carlos Gardel que me encargara realizar la Sociedad Gardeliana de Mercedes .

En la Noche de los Museos ,el pasado 25 de Noviembre, entré ilusionada. Fue un golpe muy fuerte verla abandonada, en completo desorden, cubierta de capas de tierra, telarañas en los techos, olor a humedad, artículos de limpieza entre los libros… y las pinturas en pie solamente gracias a  la calidad de su factura. Realmente es un dolor profundo ver, otra vez ,que nuestro patrimonio cultural mercedino es despreciado, pisoteado , abandonado.

El próximo jueves, 14 de diciembre, serán las elecciones para votar una nueva comisión .Yo agradezco el esfuerzo volcado por la actual , pero es inevitable concluir que no actuó a la altura de la necesidad. No son pocos los testimonios de voluntarios que han ofrecido propuestas las cuales se rechazaron sistemáticamente.

Ante estos hechos, una escisión de dicha comisión presentó denuncias ante Personería Jurídica de La Plata, y su dictamen fue la convocatoria a elecciones y apertura de libros.

Creo que estas personas que hoy encabezan la lista opositora (Mónica Brown, Rogelio Zelaya, Ciro Lalla, Mónica Camusoni, Sebastián Somosa, Claudia Révora, Liliana Basualdo y Stella Maris González, entre otros socios) merecen el voto que los constituyan en nueva conducción, y la oportunidad de consagrar su deseo de revitalizar nuestra Biblioteca. Su esfuerzo volcado en regularizar la situación por medio de un recurso presentado ante la Justicia, la titulación profesional y trayectoria que desempeñan, su vitalidad, su capacidad de trabajar en equipo a pesar de la diversidad ideológica, pueden ser la oportunidad de dar vuelta la agonía y poner en valor un tesoro que no le pertenece a quien lo gobierna, sino que es parte de todos. Su elección no significaría el desplazamiento de nadie que quiera permanecer ofreciendo su trabajo. Mas bien se trata de un equipo de conducción que será capaz de canalizar inquietudes, delegar tareas y visionar el nuevo estatus que toda biblioteca contemporánea requiere.

Aprender a leer es más que traducir letras. Es descifrar signos, generar un pensamiento crítico e involucrarse. Y hoy la Biblioteca Sarmiento necesita que todos aprendamos a leerla.

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