Un nuevo acto a favor del proyecto de ley que despenalizaría el aborto se llevó adelante en la tarde del domingo en el Centro Cultural La Trocha. Con pañuelos verdes en sus cuellos, música, narraciones, poesías, fútbol, una radio abierta y entrega de folletería sobre el debate y preservativos, la actividad organizada por la Asamblea de Mujeres Mercedinas se centró en uno de los andenes de la vieja estación.
Mate de por medio, los presentes fueron interviniendo en el acto, ya que a través de disciplinas culturales o con sus discursos. Así es como algunos explicaron los aspectos clandestinos de la práctica del aborto en la actualidad, o dieron cuenta de una consulta entre los estudiantes secundarios donde una amplia mayoría participante se proclamó a favor del proyecto de ley.
Tras las intervenciones de las mujeres que coordinan la Asamblea, tomó la palabra un joven médico residente, Diego Trangoni, que analizó su postura como médico, como hombre y como parte de una pareja joven. Recordó sus años de estudios y los planteos universitarios sobre el aborto. “Siempre supimos quiénes eran los médicos que realizaban los abortos, en qué clínicas se hacían, sabíamos que a veces las chicas debían viajar hacia hospitales de ciudades aledañas, un día específico porque el médico que practicaba el aborto estaba de guardia y en ese momento realizaba la práctica”, expresó en uno de sus párrafos.
“Las chicas abortan, siempre abortaron, y van a seguir abortando. Desde que comprendí eso, me decidí, y desde ese momento mi postura fue a favor del aborto legal, seguro y gratuito. Porque lo primero que entendí es que nadie está a favor del aborto, nadie quiere que esa situación pase, porque nadie sale indemne de esa experiencia, que a las mujeres les cuesta superar esa crisis y que para todas y todos un embarazo no planificado y no deseado es una situación muy dolorosa y compleja”, agregó el médico residente.
“Puedo contar muchas situaciones en donde mujeres, se expusieron a abortos ilegales, y sanguinarios. Donde usaron métodos no indicados. Donde estas prácticas cruentas las han dejado mutiladas, las han enfermado, han sufrido complicaciones, o han muerto. En el mejor de los casos los abortos clandestinos se realizan en lugares con seguridad, y las realiza un médico. Esto es algo a lo que nunca van a poder aspirar las mujeres pobres porque cuesta mucha plata. Las mujeres pobres se exponen a sufrir consecuencias trágicas. También les puedo contar que hay médicos y médicas que son objetores de conciencia en sus trabajos formales, pero fuera de ellos realizan abortos clandestinos”, expresó Trangoni.
“A aquellas personas que pregonan que están ‘a favor de la vida’, les digo, que este grupo de mujeres y yo, como tantos otros hombres también, estamos a favor de la vida, y querer apropiarse de semejante frase, sólo tiene el objetivo de ponernos en una vereda enfrentada a la de ellos, y es por esto que esa declaración se vuelve violenta. Nadie va a obligar a nadie a realizarse un aborto. Nosotros también velamos para que nadie presiones a ninguna persona para tomar esta decisión. De eso también se trata, de garantizar la autonomía sobre sus cuerpos. A las personas que combaten el aborto legal, les podemos reclamar algo. Nunca generaron un movimiento para erradicar el mercado del aborto ilegal, y ahí es donde radica uno de sus principales problemas, ya que sus discursos pierden sustento”, resaltó el orador en el pañuelazo de La Trocha.
El cierre del evento en los andenes de La Trocha fue con música. Previamente, los presentes con sus pañuelos verdes posaron para la foto grupal.
Por Hoy Mercedes
