El cuidado de las aguas de los ríos

Por Cristián Frers* – Para el desarrollo de la economía el recurso agua es importante, pero para la permanencia de la vida el agua es fundamental. Además, la calidad de ella que utilizamos perjudica seriamente nuestra supervivencia y la cantidad de que se dispone tiende a disminuir, a medida que pasan los años.

La industrialización y el crecimiento urbano degradaron los ríos en todo el planeta. Sin embargo, cuando se aplican medidas de regeneración y tratamiento de aguas, los peces vuelven y los ciudadanos disfrutan de nuevo de su río y ganan en calidad de vida. Así se demuestra en siete grandes ciudades en todo el mundo: Basilea (Suiza) río Rin, Bilbao (España) ría del Nervión, Chicago (Estados Unidos de Norteamérica) río Chicago, Copenhague (Dinamarca) canales, Londres (Reino Unido) río Támesis, Paris (Francia) río Sena, Seúl (Corea del Sur) río Han y arroyo Cheonggyecheon.

Tomemos como ejemplo el río Chicago; ésta es una de las ciudades más industrializadas de Estados Unidos y las aguas del río -del mismo nombre- que atraviesa su centro estaban muy contaminadas. Su brazo sur, que recibía los principales residuos industriales y de alcantarillado, se conocía como el río burbujeante. Su regeneración ha conseguido que, hoy en día, sus aguas estén habitadas por varias especies de peces y su orilla, en especial la zona llamada Chicago Riverwalk, tenga una gran animación con restaurantes, bares y actividades acuáticas.

En muchos países, incluyendo a la Argentina, la contaminación de los recursos hídricos es alarmante y de no emplearse un plan efectivo de recuperación, en la  cual todos los actores de la sociedad se integren para revertir el daño, la labor es imposible. Las medidas que se deberían adoptar son coordinación entre intendencias o distritos, para evitar los vertidos cloacales e industriales y seguir políticas a largo plazo.

Ríos contaminados como el Riachuelo en Argentina hay y hubo muchos en el mundo. Los que lograron revertir esa situación son varios y algunos tienen características similares a la de nuestra cuenca metropolitana.

Para sanear el Rin, en Europa, seis países demostraron una coordinación admirable y se ganaron el apoyo necesario de la sociedad. En Bilbao limpiaron el río gracias a una obra de infraestructura que llevó veinticinco años, pero consiguió que ningún desecho cloacal familiar o industrial sea volcado al agua sin pasar por un tratamiento.  En Corea del Sur, la purificación de un río de Seúl, entubado por los altos niveles de contaminación, le permitió a un barrio fundarse nuevamente como polo comercial y turístico.

Las principales razones por las que El Riachuelo está contaminado son tres: la descarga de efluentes industriales,  el vuelco de desechos cloacales vecinales y  la evacuación de basura al río o en sus costas. Estas condiciones hacen que el aire, el agua y el suelo sean un peligro para quienes viven en áreas de la cuenca consideradas  riesgosas. Existen 1.600.000 personas que tienen un elevado riesgo de contraer enfermedades respiratorias: neumonitis, bronquitis crónica, asma, alergia nasal, enfermedades en la piel y problemas intestinales.

Antes de la asunción del gobierno actual, cuyo presidente es Mauricio Macri, las autoridades a cargo del saneamiento del Riachuelo manifestaban que el problema principal radicaba en que la Nación y la Ciudad, que eran de diferente partido político, no se podían poner de acuerdo. Hoy, esa situación cambió, dado que la Nación, la Ciudad y la provincia de Buenos Aires responden a un mismo espacio, pero la gestión continúa empantanada.

Las mejoras en el Riachuelo podrían empezar a verse en el año 2025. Aunque con fechas disímiles, este es el año que la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) puso como plazo máximo para las distintas acciones que debe llevar adelante para conseguir el saneamiento del río. El mayor problema es la atención sanitaria, la más relegada.

Las obras de infraestructura, que incluyen el emisario subfluvial que llevará las cloacas a aguas abiertas, estarán listas para el año 2023, según el cronograma oficial y, la planta de tratamiento de las curtiembres, en 2021. Los planes de gestión de residuos se trabajarán con los municipios y seguirá la limpieza de espejo, una de las pocas acciones que se han mantenido en el tiempo. La relocalización de vecinos también culminará en 2025.

Los plazos de obra no significan que vaya a haber saneamiento. Simplemente son planificaciones que no se sabe si se concretarán. El plan sanitario siempre se deja para lo último y muestra  cuál es la prioridad de la política de Estado.

El saneamiento del Támesis demandó cuarenta años, el del Rin, en Alemania, otro tanto.

En la Argentina desde el Primer Triunvirato hubo normas que pretenden reducir la contaminación del Riachuelo, paradójicamente, en donde nació la Ciudad.

Más de doscientos años de contaminación transcurrieron y las aguas siguen turbias.

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

 

COMENTARIOS

Comentarios