Buscando una mejor educación ambiental

Por Cristián Frers* “La educación ambiental es la mejor arma, estrategia, opción y alternativa ante los problemas ambientales”

Este concepto ambiental es un proceso de formación  que permite la toma de conciencia de la importancia del medio ambiente, promueve en la ciudadanía el desarrollo de valores y nuevas actitudes que contribuyan al uso racional de los recursos naturales y a la solución de los problemas ambientales.

Se considera a esta educación como el proceso que le permite al individuo comprender las relaciones de interdependencia con su entorno, a partir del conocimiento reflexivo y crítico de su realidad biofísica, social, política, económica y cultural.

Este proceso debe generar en el educando y en su comunidad actitudes de valoración y respeto por el ambiente, y de esta manera, propiciar un mejoramiento de la calidad de vida, en una concepción de desarrollo humano que satisfaga las necesidades de las generaciones presentes, asegurando el bienestar de las generaciones futuras.

Mas allá de la educación tradicional, es decir, del simple hecho de impartir un conocimiento, la educación ambiental relaciona al hombre con su ambiente, con su entorno y busca un cambio de actitud, una toma de conciencia sobre la importancia de conservar para el futuro y para mejorar nuestra calidad de vida. La adopción de una actitud consciente ante el medio que nos rodea, y del cual formamos parte indisoluble, depende en gran medida de la enseñanza y la educación de la niñez y la juventud. Por esta razón, corresponde a la pedagogía y a la escuela desempeñar un papel fundamental en este proceso.

La práctica cotidiana en Argentina no siempre involucra aspectos significativos de lo que se llama educación ambiental. Y esto tiene sus raíces en diversos aspectos, todos ellos vinculados con la Educación, mucho antes de considerar sus contenidos.

Dentro de esta estructura rígida, y a pesar de los cambios en la legislación, seguimos paradójicamente pensando la problemática ambiental desde y para LA Capital. De manera acorde, la estructura actual de la enseñanza en Argentina no siempre facilita el verdadero diálogo que permita la detección de la problemática que atraviesa a ese grupo de estudiantes, a esa comunidad en particular. Se baja, literalmente, un contenido sin importar con quién se trabaja, ni en dónde uno se encuentre. Los contenidos que se proponen en la escuela no facilitan esta relación dialógica con el niño y el joven, ni siquiera se piensa en las necesidades, desafíos y dificultades que encuentran los docentes.  Encontramos este mismo sesgo en el mantra de la educación ambiental: “Pensar global, actuar local”. Muchas veces, esta postura invisibiliza las necesidades, por no decir urgencias locales y regionales. Pensemos local… pintemos nuestra aldea y así pintaremos al mundo.

Es por este motivo, que busco impulsar propuestas como la de María de los Milagros Cisterna sobre RECICLADO en las escuelas, maestra de un establecimiento semi-rural en Carmen de Areco – Provincia de Buenos Aires, quien piensa que “Debido a una deficiente cultura de preservación del medio ambiente, que trasciende en nuestros alumnos, es necesario incentivar la creatividad para producir transformando los desechos con arte e ingenio en productos que se puedan volver a usar. El proyecto busca incentivar el reciclaje y la conciencia ecológica, el reciclaje de residuos sólidos se considera una estrategia importante para contribuir al fortalecimiento de una cultura ambientalista y de ahorro”.

La educación es la base del cambio, y se debe apostar a ello a través de diversas estrategias, el objetivo principal de este proyecto, se basa en “Promover una conciencia ecológica, con una mentalidad creativa y productiva, utilizando los desechos”, explico la docente.

Este tipo de enseñanza forma parte de los programas educativos de las escuelas, pero también debe ser fomentada de manera informal o no sistematizada por campañas gubernamentales, proyectos de organizaciones civiles e iniciativas en las empresas.

Frente al estado de las cosas, lo que no podemos negociar es la esperanza. Transformemos este momento en una oportunidad para generar un cambio positivo.  Ese cambio es aún posible. El verdadero desafío de la educación ambiental en nuestro país es sumar miradas, evaluar nuestros recursos, desafíos y dificultades.

 

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

 

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