Los bomberos forestales deben estar capacitados

Por Cristian Frers* – Recuerdo que en el año 1987 estudiaba en Esquel – Provincia de Chubut, la carrera de Biólogo Forestal en la Universidad de la Patagonia, por aquel entonces tenía un compañero de estudios que era Brigadista Forestal, es decir estaba en la primera línea de la lucha contra el fuego.

Una vez, hablando sobre el tema me explico “El Brigadista Forestal es diferente al Bombero Urbano y voy a explicarte por qué… Porque el fuego en el monte o bosque avanza a través del aire y por el subsuelo a través de las raíces. Si apagas el fuego en un determinado lugar, no es extraño que vuelva a recrudecer 50 o 100 metros más adelante o que vuelva a aparecer de había sido apagado…”.

No fui Biólogo Forestal, pero, con los anos me recibí de Técnico Superior en Gestión Ambiental en el Instituto Terciario de Ciencias Empresariales y recuerdo que el Profesor de Áreas Naturales, ex director de la Reserva Costanera Sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que, por aquel entonces, ano 2002 me reconfirmo lo dicho por mi compañero en el sur.

Pasaron los años como los Incendios Forestales, en la Patagonia, en la Provincia de La Pampa y en la Provincia de Córdoba y así llegamos al año 2022 donde se declara un incendio en la Provincia de Corrientes.

Víboras disecadas, yacarés que le escapan a las llamas, bomberos voluntarios que hace más de un mes trabajan sin descanso y no logran contener la catástrofe. El fuego en Corrientes se debe a la falta de prevención y planificación ante el escenario de una crisis climática que ya está entre nosotros. Esto es importante porque una vez declarado el fuego todo se vuelve más complicado.

Además de la tardanza del gobierno nacional y del gobierno provincial para intervenir, todo parece jugar en contra del ambiente. Es incomprensible que Juan Cabandie, Ministro de Ambiente, en el 2022, exprese muy suelto de cuerpo “Esperamos un frente de lluvias para controlar los incendios” o que el presidente de la Nación Alberto Fernandez declare “Hicimos todo lo que pudimos”. Los fuertes vientos y la inestabilidad meteorológica son aliados perfectos del fuego. Los funcionarios parecen desconcertados. Se atacan los focos en una zona y reaparecen en otra zona con mayor violencia. La lluvia es la única que podría dar una chance para que las fallas y la total falta de capacitación de los gobiernos provincial y nacional puedan ser disimuladas.

Tras perder la oportunidad histórica de sancionar una ley de humedales por falta de apoyo legislativo tanto desde el oficialismo como desde la oposición, el gobierno nacional y el gobierno correntino eligieron pelearse por redes y echarse culpas en una versión argentina del juego del gran bonete.

Aquí toma relevancia la importancia de invertir en prevención de los incendios forestales ya que estudios internacionales indican que, por cada 8 dólares invertidos en este aspecto, pueden ahorrarse hasta 100 dólares en logística de control de incendios, a la vez que se evitan los enormes impactos ambientales y sociales que estamos viendo. Con los fuegos declarados los brigadistas deben contar con los recursos logísticos y operativos necesarios y disponer de los medios terrestres y aéreos acordes para controlar los incendios.

Un lugar donde se pueden capacitar los bomberos en incendios forestales es la Academia Virtual OBA – Plataforma Oficial de educación a distancia de Organización de Bomberos Americanos OBA, la página oficial es: https://cursos.bomberosamericanos.org/ Deben, además, promoverse la creación de planes operativos para mejorar la extinción de incendios. Las diferencias entre frecuencias de radio impiden a los bomberos de distintas municipalidades o provincias comunicarse cuando hay incendios fronterizos o entre países. Se debe la fomenta la comunicación y el intercambio entre organizaciones y entidades que trabajan en distintos territorios.

La recuperación será lenta y está llena de interrogante. Serán necesarios al menos 5 años para que se recuperen los pastizales y el triple del tiempo para la restauración de los montes y bosques que ardieron.

Los incendios arrasan con ecosistemas, dañan la fauna y flora, afectan actividades económicas y significan pérdidas materiales y humanas. El cambio climático es el escenario perfecto para esas llamas. Sequías más intensas y prolongadas, falta de precipitaciones, temperaturas cada vez más extremas son variables de las que dependen los incendios para su mayor propagación y más difícil contención. Son variables que el cambio climático intensifica.

*Cristian Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

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