Buscando generar ingresos para el tratamiento de la basura

Por Cristián Frers* – Un impuesto es un tributo que se paga al Estado para soportar los gastos públicos. Estos pagos obligatorios son exigidos tantos a personas físicas, como a personas jurídicas.

La colecta de impuestos es la forma que tiene el estado (como lo conocemos hoy en día), para financiarse y obtener recursos para realizar sus funciones. Un principio rector, denominado capacidad contributiva, sugiere que quienes más tienen deben aportar en mayor medida al financiamiento estatal, para consagrar el principio constitucional de equidad y el principio social de la libertad.

Los tributos ambientales son aquellos impuestos, tasas y contribuciones especiales cuya estructura establece un incentivo a la protección ambiental, o bien compensa los daños ocasionados al ambiente por los sujetos que soportan la carga tributaria. El tributo ecológico ideal no producirá recaudación.

Los servicios de recolección y barrido de residuos ocupan buena parte de los recursos presupuestarios de los municipios de Argentina. Para solventar parte de esas erogaciones los gobiernos locales cobran una tasa municipal denominada habitualmente Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL), cuyo cálculo se basa en la valuación fiscal de los inmuebles.
El 7 de marzo del 2022 publique la siguiente nota “El lento reciclaje en Argentina” en Hoy Mercedes (VER NOTA) proponía:

Lo que yo propongo se basan en tasas e impuestos que ya existen como impuestos municipales basados en la recolección de la basura, NO hay que crear nuevos… Les dejo una idea para implementar en Carmen de Areco o algún otro municipio de la Provincia de Buenos Aires. Además de los municipios de las distintas provincias y en la Nación para que el proceso se convierta en un proceso integral. No deberían crearse nuevos impuestos por el momento, ni sacarle más dinero al contribuyente.

¿Qué es lo que propongo? Seguramente, el impuesto que se paga deja una ganancia determinada. Lo que propongo es sobre esa ganancia en el corriente año 2022 separar un 20 % para invertirlo en campañas sobre el reciclado de basura, implementar campanas de educación ambiental en las escuelas, y como mejorar el servicio, ente otras acciones.

Este porcentaje para incentivar el reciclaje en los municipios debe estar apoyada por ordenanzas municipales que deberían modificar el incremento cada dos años. Si se comienza con el 2022 con un 20 %, en el 2024 debería incrementarse al 30 %, en el 2026, subirlo al 40 %, en el 2028, aumentarlo al 50%, para llegar al 2030 con una inversión del 60% en economía circular. Esta acción llevada a cabo con la basura, también podría implementarse en otras problemáticas ambientales como es el agua y las energías. Si hay algún economista que cree que esto no es viable y me explica los motivos, estaría muy interesado en escucharlo con atención.

Vuelvo a insistir sobre el tema, después de casi 5 meses porque considero que es una opción que debería tenerse en cuenta para implementarla en diferentes municipios y porque considero que el reciclaje ayuda a la economía, ya que satisface una parte importante de la demanda de recursos naturales. Debido a que alivia la presión sobre los ecosistemas, al proporcionar recursos y asimilar residuos aptos para el desarrollo humano.

La economía circular es una estrategia económica y productiva cuyo objetivo es el de reducir al máximo posible el uso de materias primas en el tejido productivo y minimizar la generación de desechos no reciclables. En esencia se podría decir que se basa en las tres erres: Reducir, Reusar y Reciclar, lo cual implica a consumidores y empresas en la tarea de conseguir un futuro más sostenible.

Más allá de las cuestiones técnicas y económicas, como puede ser la inversión requerida para los sistemas de recogida e instalaciones como plantas de tratamiento de los desechos, el reciclaje requiere de un esfuerzo colectivo por parte de toda la sociedad.

Un esfuerzo que va desde los hábitos de separación de residuos en los hogares, hasta la ayuda por parte de las administraciones municipales para hacerlo más fácil, además de otras medidas como los etiquetados con información sobre el uso de materiales reciclados en los productos.

La educación y concienciación social en este sentido es necesaria para difundir las buenas prácticas en el reciclaje y solventar las dudas sobre los diferentes tipos de residuos y los errores al separar.

Las nuevas generaciones deben entender la importancia de reducir, reutilizar y reciclar, y cómo llevarlo a cabo, por las consecuencias medioambientales que esto implica y porque se trata de una responsabilidad social y de respeto por el medioambiente.

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

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