La historia argentina demuestra que los gobiernos populares, inclusivos y con la mirada puesta en las y los obreros han padecido el peso de los poderes concentrados en su conglomerado político, económico, judicial y mediático.
Hace poco, pero parece tanto, quisieron matarla. Ahora buscan proscribirla por medio de una causa armada y refutada por los más prestigiosos juristas nacionales e internacionales.
Hoy Cristina Fernández de Kirchner padece el castigo del poder real por haber dado bienestar a la población, distribuir la riqueza y buscar ser una Nación soberana.
Quienes no aman al país, ni al pueblo, quieren meterla presa.
Quienes la aman seguirán haciéndolo, defendiéndola y llevándola como bandera por la justicia social.
A Cristina sólo la juzgará la historia. Y lo hará muy bien.
Ella sí trascenderá.
Partido Justicialista Mercedes
