Por Lucas Mariani
El Senado volvió a rechazar un veto presidencial. La semana fue mala para el oficialismo nacional, que viene recibiendo golpes desde el 7 de septiembre, cuando padeció una paliza en la provincia de Buenos Aires.
El revés bonaerense no es tanto por mérito de Kicillof, sino por impericia y errores no forzados de los libertarios. Divididos, soberbios y especulativos, les salió todo mal. A esto se suma la crueldad en sus decisiones, como con las personas con discapacidad, el Hospital Garrahan y los jubilados.
Ahora se disparan el riesgo país y el dólar, y las internas continúan a flor de piel entre los eternos apellidos Menem y los Caputo, que también llevan años en el círculo de poder.
Este jueves, el gobierno lo cerró mal: la UCR, el Peronismo e incluso el Macrismo le hicieron ver el rigor de no saber negociar y le dieron un nuevo golpe en el Senado de la Nación, rechazando con crudeza el veto a las transferencias de los ATN hacia las provincias.
El gobierno nacional, de Milei y sus aliados, está en un pésimo momento. En el medio, los argentinos.
