Las causas del cambio climático: sus consecuencias

Cristián Frers* – El nivel del mar está subiendo, los glaciares se derriten y los arrecifes de coral se están blanqueando, el aumento de la temperatura global es cada vez más agobiante : las sequías son más extremas, los incendios, las olas de calor y otros fenómenos climáticos afectan diferentes continentes con como en la actualidad  los incendios en California, Portugal, España  y en un país asiático; El cambio climático pone en riesgo también  las comunidades y  las ciudades costeras; hasta los ecosistemas polares están en riesgo,

Los fenómenos del clima inquietan por múltiples razones ecológicas y ambientales, pero sobre todo por riesgos letales. Si la población no logra adaptarse al incremento de sus temperaturas, el número de muertes por olas de calor aumentará drásticamente en el próximo medio siglo en las regiones tropicales y subtropicales del planeta, seguidas de cerca por Australia, Europa y Estados Unidos.

La exposición excesiva al calor tiene una amplia variedad de efectos fisiológicos en los seres humanos que pueden resultar en muertes prematuras e incapacidad.

La excesiva exposición al calor durante períodos prolongados del día y la noche puede producir insuficiencias cardiovasculares, respiratorias y renales, así como diabetes.

Los grupos  más vulnerables son las personas mayores de sesenta y cinco años, los niños, las mujeres embarazadas, los obreros que trabajan al aire libre y ciertamente los pobres.

Hace veinticinco años atrás este cambio  era una noción abstracta. En el 2018 es increíble ver como las olas de calor que azotan al planeta llevan la huella de  su calentamiento.

Si bien es imposible predecir el número de muertos que provocarán estos episodios extremos, no es difícil imaginar que las primeras víctimas serán aquellas que carezcan de los medios para protegerse debidamente. En consecuencia, se recomiendan una serie de medidas políticas o regulaciones específicas: planificación urbanística, mejorar los servicios de atención sanitaria, reducción de la pobreza, redistribución de los recursos y creación de un sistema de alertas de olas de calor.

El aumento de la temperatura solo representa una parte de las consecuencias del cambio en las temperaturas, pues  el calor llega acompañado de condiciones meteorológicas extremas en todas partes del mundo.

La concentración media mundial de dióxido de carbono en la superficie de la Tierra en 2017 fue de 405 partes por millón (ppm), es decir, 2,2 ppm más que las registradas en 2016.

La tasa de crecimiento global de dióxido de carbono se  cuadruplicó desde principios de la década de 1960: el 2016 fue el año más caluroso en esta década y  2017 no se quedó atrás con condiciones mucho más cálidas que la media en la mayor parte del mundo. Así es como España, Argentina, Uruguay y Bulgaria experimentaron temperaturas records anuales.

En Argentina, el aspecto más importante,   fue el aumento de un grado en la temperatura promedio en todo el paí­s, que seguirá subiendo entre 2° y 4°  más en los próximos años. Esta situación  provocará climas aún más cálidos en la zona centro y norte de nuestro país que  en la actualidad.

Hay mayor cantidad de noches y días cálidos y menor cantidad de noches y días con heladas en casi todo el territorio. La precipitación aumentó en casi todo el país, si se consideran las medias anuales; sin embargo se ha observado aumento de eventos extremos: lluvias más intensas en menos cantidad de tiempo.

También se espera un incremento   en el caudal de los rí­os y mayores inundaciones, en especial en la cuenca del rí­o Salado. Por el contrario, se estima que habrá sequí­as prolongadas y disminución de caudal en los rí­os nacidos en los Andes cordilleranos, como resultado del retroceso de los glaciares de la región.

Es necesario un plan de acción para mitigar los efectos negativos en nuestro territorio nacional. Es importante sobre todo la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero de diversas maneras, así como también se debe esperar  medidas que aumenten la eficiencia energética.

La Tierra está sufriendo de fiebre y está no es una buena señal: la culpa es de la perversión de la sociedad humana, con su irresponsabilidad, sus intereses, su egoísmo,  su desinterés.

Si la Tierra está molesta, cada vez más enojada, es por culpa de todos: cada vez le hacemos más daño. Y cuando la culpa es de todos, no significa que ella no sea de nadie en particular: es de cada uno, según su grado de responsabilidad.

 

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

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