El liberalismo no es perjudicial al entorno

Por Cristián Frers* – El liberalismo, más que una teoría o un programa político, es una forma de vida; y sólo porque lo es, puede convertirse en una teoría que sea persuasiva y un programa político que sea factible.

Los mercados abiertos que propone el mundo moderno, pueden y deben mejorar la distribución de los recursos y crear una mejor calidad de vida y eso pasa necesariamente respetando el entorno. Para que eso sea posible, debemos tener la capacidad de invertir en polos de crecimiento más eficientes ecológicamente, con planificaciones claras y concretas, económicamente viables y no como lo que ocurre actualmente, solo medios productivos que generan riqueza, pero sin ninguna base de sustentación y sin los debidos estándares profesionales de calidad.

Cuando se cruzan los datos de calidad ambiental con los datos de libertad económica se observa que la historia es muy diferente a la que nos quieren contar. Los países más libres son aquellos con mayor calidad ambiental. No existe una contradicción entre calidad ambiental y desarrollo económico.

En realidad, la insensibilidad que algunos tienen hacia los problemas de contaminación que afectan la vida de las personas poco tienen que ver con  la libertad económica. En sentido estricto, si creemos que el libre mercado es el mejor sistema de cooperación social posible, no deberíamos aceptar que exista ningún privilegio estatal que permita a unos violar los derechos de propiedad en nombre del “desarrollo”. Esa es una actitud sumamente colectivista. De hecho, es la forma más vil de subsidio: en vez de entregarle el dinero de la gente a las empresas, el Estado les permite dañar su propiedad y su salud para que no tengan que elevar sus costos. 

Una gestión sana hacia la problemática ambiental, es parte esencial del desarrollo sostenible que debemos buscar, los ejemplos a nivel mundial que deberían encaminarnos en este proceso es lo que han realizado los países Nórdicos, Europa occidental, Sud África, por nombrar algunos, transformando sus procesos. Este es el único fundamento de base que toda sociedad con aspiraciones debe realizar. Esto solo se logra con respeto en si mismo y conscientes que el crecimiento puede y debe ir de la mano de la defensa de los recursos naturales, controlando la pérdida de la biodiversidad y contrarrestando el uso ilimitado de fuentes de crecimiento contaminantes.

Lo que debemos entender es que la esencia del libre mercado es el respeto por la autonomía de las personas. Para eso es que sirven los derechos de propiedad: para asegurar a cada quien la capacidad de llevar adelante sus planes de vida sin que otros interfieran. Y la tarea del Estado es hacer que esos derechos se respeten. Así como está prohibido dañar la casa de otro, también debería estar prohibido asesinar a los animales de otros a través de la contaminación ambiental. No hay ninguna diferencia entre uno y otro caso. 

¿Qué proponen los liberales para la Argentina? En una Argentina donde ya no podemos pensar la educación, la salud, el cuidado del ambiente, el trabajo y la seguridad sin el ente gubernamental como principal regulador, los liberales en el país, deben proponer un debate necesario. Aspirar a que cada argentino pueda pagar su propia educación y la de sus hijos, que puedan cubrir sus costos, como defender sus recursos naturales, que el trabajo no sea un subsidio estatal. Más allá del debate puro, hay un mensaje que debe ser útil para nuestro país y que deberíamos escuchar…

En Argentina, el liberalismo como forma de vida es una planta que conviene cultivar a escala reducida y en terreno propicio, protegida de la insidia, del espíritu pusilánime que intenta conciliarse con los grandes o pequeños despotismos y de otras malas yerbas, que deben extirparse con premura y nitidez. Así echará raíces, y luego podrá servir de semilla y esparcirse en un campo más extenso.

La intención de los liberales es crear un ambiente donde todos los integrantes de la sociedad tengan las mismas oportunidades para desarrollarse y poder generar en un ambiente competitivo el progreso de la sociedad.

Hay muchas formas posibles de alcanzar la sostenibilidad. ¿Cuál es la vía preferida por el liberalismo? Pues aquella que en menor medida comprometa la forma actual de nuestras sociedades. Se debe tomar conciencia que el medio ambiente influye directamente en nuestra realidad diaria y por ende en nuestra calidad de vida y en la sustentabilidad del desarrollo.

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

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