El daño colateral de los basureros a cielo abierto

Por Cristián Frers* – Columnas de humo gris y espeso invaden ambas manos de ruta provincial 51 a la altura de la localidad de Carmen de Areco – Provincia de Buenos Aires, en el costado de la ruta se ubica un basural a cielo abierto que ha proliferado en los últimos años y que constantemente es invadido por las llamas. A simple vista, estas emisiones deterioran la calidad del aire de la zona al contener material particulado, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles, además de afectar la visibilidad de los conductores que por alli circulan.

 

La quema de basurales impide la buena visibildiad en las rutas

En octubre del 2016, un choque múltiple sobre la Ruta 51 en la localidad fue provocado por el humo de la quema de basura en el basural a cielo abierto de dicha municipalidad, el mismo involucro a varios camiones, dos autos y una camioneta. Hubo heridos pero ninguno de gravedad.

El humo esta siempre sobre la ruta desde hace años y habitualmente se pueden ver accidentes en la zona, si bien el intendente conoce la problemática no hace nada para solucionar el problema.

A la hora de plantear estrategias y soluciones efectivas, la basura es uno de los problemas ambientales que se ubica dentro de la lista de prioritarios y que, a su vez, genera grandes desafíos para su manejo. La producción de basura ha venido en aumento de la mano con el crecimiento poblacional, el consumo y el desarrollo industrial.

En Argentina, la población en general no presenta una cultura de interés en el destino de los residuos, la mayor preocupación es la necesidad de contar con un servicio de recolección de los mismos. Una vez que fueron retirados de la vista de los generadores, para muchas personas ya está resuelto el problema. No hay mucho interés en efectuar una reducción importante en la generación, como base para un manejo sustentable, para lograr la preservación de los recursos naturales y tampoco interés en los mecanismos de disposición final

Además de la contaminación del aire, la tierra y el agua; la mala gestión de los residuos tiene efectos perjudiciales para la salud pública, por la contaminación ambiental y por la posible transmisión de enfermedades infecciosas vehiculizadas por los roedores que los habitan, y degradación del medio ambiente en general, además de impactos paisajísticos. Asimismo, la degradación ambiental conlleva costos sociales y económicos tales como la devaluación de propiedades, pérdida de la calidad ambiental y sus efectos en el turismo.

Preocupación por basurales a cielo abierto

Esto implica que cada municipio o provincia debe generar políticas y programas nacionales que apoyen el manejo adecuado e incentiven la reducción de la generación de residuos sólidos, el reciclaje y estimulen la adopción de tecnologías limpias de producción industrial.

Para esto, se deben impulsar procesos de diálogo y consulta que se basen en los principios de participación plena, comprensión mutua, conclusiones inclusivas y responsabilidad compartida.

La premisa colaborativa considera que si se pueden articular actores diversos preocupados por una cuestión común, proveyéndolos de metodologías para trabajar juntos y facilitándoles la información necesaria para tomar decisiones, los mismos podrán buscar las mejores soluciones para el problema que los aqueja.

En Suecia el sistema de basura se fundamenta sobre dos pilares: la incineración de residuos y la cultura de reciclaje.

El 96% de los residuos en Suecia se utiliza en plantas de incineración, las cuales proveen de calefacción a 810.000 hogares, y de electricidad a 250.000. Del total, tan solo un 4% es depositado en los basureros a cielo abierto. El alcance del sistema de incineración es tan grande que la demanda de basura es mayor que la cantidad producida, por lo cual Suecia ha tenido que importar basura de sus países vecinos, principalmente de Noruega, con el fin de mantener activo el tratamiento de la basura.

Pero este sistema no sería tan exitoso si no hubiera una fuerte apropiación de la cultura del reciclaje por parte de los habitantes del país. La separación en la fuente es fundamental para la incineración, debido a que el 50% de los residuos incinerados proviene de desechos domésticos, en su mayoría orgánicos, que no pueden incluir metales, plástico, papel periódico, baterías y bombillos, entre otros, pues podrían afectar negativamente los procesos de incineración.

La pregunta es… En cual de estos dos países… ¿A uno le gustaría vivir?

 

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

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