Atilio Del Pino presentó su primer libro titulado «La Senda que Yo Elegí»

Por TeCleArte – “Quise escribir una historia/con humildad elocuente,/para que queden presentes/un poco de mis memoria;/una cadena notoria,/cada letra, un eslabón,/plasmada en cada renglón,/y así dejar de por vida/una llamita encendida/al borde de algún fogón.” Este es el prólogo del poemario guachesco de Atilio Del Pino. Bajo el título “La Senda que Yo Elegí”, el primer libro de Atilio reúne más de cuarenta poemas que describen el campo, la vida campestre, los sentimientos del autor y algunos versos humorísticos.

En la tarde del último viernes de septiembre, en el día de su cumpleaños, Atilio Del Pino presentó su primer libro, “su hijo de la mente” como él lo llama. La edición de un libro de los versos y poemas escrito a lo largo de su vida que incluye siete décadas y en la cual plantó cientos de árboles y tuvo dos hijos. Una vida que merecía la edición de un libro.

La idea de publicar “La Senda que yo Elegí” surgió en esa necesidad de reunir sus poemas y versos en un objeto formato libro. Adriana Guerra, su mujer, lo acompañó a la Dirección de Cultura que inmediatamente lo contactó con la Sociedad de Poetas y Escritores “Ismael Marcelo Siri” y con Magdalena Beccar Varela que lo ayudó en la corrección de cada uno de sus versos.

Atilio luchó y se esforzó mucho por ese primer hijo de la mente. En menos de un mes lo vio realizado y la enfermedad por la que atraviesa no le quitó la esperanza ni las ganas de escribir y de releer sus versos y escucharlos de la boca de su hijo o de su mujer. En las páginas de “La Senda que yo elegí”, están plasmadas las experiencias y observaciones de la vida cotidiana, sentimientos, opiniones y un podo ce humor. Atilio se destaca en su humildad, su firmeza, en su defensa del ser nacional, del débil, del indefenso. Admira la inteligencia, el arte, la belleza y el equilibrio.

En el Concejo Deliberante hizo la presentación del libro. Junto a Adriana, y a sus dos hijos. Pero también de sus familiares más directos y sus amigos, los viejos de la vida campestre y los nuevos del mundo de las letras.

Jorge Elías ofició de presentador, pero también de músico. Con su guitarra acompañó a Adriana, leyó poemas, y volvió a ponerse en el papel de músico para acompañar y cantar junto a Gabriel González. Un amigo de la niñez de Atilio, Fernando Gallegos, también habló ante los presentes y emocionó al autor con recuerdos de juventud. Una emoción que se acentuó con las palabras de la hija de Atilio, emitidas antes de bailar con el Ballet Peumayen, cerrando la presentación de este poemario gauchesco para luego festejar entre con todos los presentes los 71 años de Atilio Del Pino.

 

 

 

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