La «Juan Domingo»: ¿Acción o Reacción?

La Juan Domingo - Foto: LPOL
La Juan Domingo - Foto: LPOL

Por Sebastian Varceló

El gobernador Daniel Scioli está en pleno segundo mandato. Hasta la fecha arropado en el peronismo tradicional de la provincia y sus vínculos con todos, sin discriminación, los dirigentes del país que pudieron darle aire.

Nunca pareció tener una agrupación de vidriera que lo apoye, la menos, hasta ahora. Claramente a espejo de “La Cámpora” nace “La Juan Domingo”.

La Juan Domingo está formada por nombres conocidos. Tradicionales y sin un estandarte fuerte en la juventud. El orgullo se les presentaba por poder decir que estaban los funcionarios y unos catorce intendentes, de los más de ciento cincuenta municipios.

Según fuentes oficiales, en Los Toldos, estuvieron presentes 4 mil personas. Según no oficiales no llegaban a 2 mil. El dato es intrascendente, lo básico está en otro lado. Nota al margen: el intendente local no estuvo presente.

Como acción

Como acción política la “Juan Domingo” no hace más que aglutinar las fuerzas locales y regionales ya existentes bajo una misma bandera. Cada funcionario y/o intendente tiene su grupo de seguidores o directamente aquello que conocemos como “aparato”. Acá lo que se hace es mostrar unidad para representar fuerza. No es novedoso. Una forma de protección y de negociación a escala. Presentarte ante el avance de otras corrientes internar.

Como reacción

Sirve para hacer fuerza en las legislaturas provinciales donde el kirchnerimo avanza a pasos agigantados y donde el pj-cámporista domina el escenario político y mediático. Apela a lo más viejo de la tradición, incluso, citando al Martín Fierro, ni siquiera a algún personaje histórico real del siglo pasado, como Jauretche, Cook o cualquier otro. Se escudan en un personaje literario para decir lo que ellos quieren. Intentan marcar la cancha política al kirchnerismo con lo mismo de siempre sin un discurso que invite a sumar a nuevas voluntades, sino, a retener las existentes. Fiel al estilo del gobernador las palabras de consenso son las que primaron al punto que ni siquiera estuvo presente.

Lo que queda

Lo que queda es un gran acto mediático de fuerzas clásicas aglutinadas bajo un mismo nombre para graficar fuerza contra La Cámpora y el kirchnerismo. Todo indica tendrá un funcionamiento de bloque real en las legislaturas, pero, territorialmente, no se vislumbra absolutamente nada por el momento. Los intendentes suelen poner los pies en todos los platos. Simbólica y discursivamente han apuntado a lo viejo: Martín Fierro, Perón y a la territorialidad estilo barones del conurbano. La Cámpora, incluso, simbólicamente siempre apela a lo nuevo. Más aún, apela al Tío Cámpora, sinónimo de lealtad y desprendimiento en pos de una causa superior que era el regreso de Perón al tercer mandato. No se ata a Perón, equivalente a concentración individual de poder. Son dos formas distintas para un mismo contenido: la construcción de poder. Lo que diferencia es que en esa construcción uno incluye y construye en pos del Estado de Bienestar. La otra está por verse, aunque, para empezar, nos permite, por lo echo en los discursos, dudar.

 

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