En nuestra ciudad también se viven estos acontecimientos que conocemos como «cuento del tío» . Según se supo durante la semana que pasó se produjo uno en un comercio céntrico de nuestra ciudad.
El hecho aconteció en un local de venta de lencería sobre calle 25 luego que su propietaria recibiera mercadería por parte de una conocida empresa de transporte. Varios minutos se hizo presente en el lugar un señor con vestimenta y accesorios de trabajo, informándole a la señora sobre un inconveniente en el registro y entrega de esos elementos, suplicándole la devolución de los mismos para regularizar ese inconveniente, a lo que esta señora accedió, y es así que ese hombre se retiró del lugar con 4 cajas de gran tamaño. Pasados los minutos y al ver esa señora, que el hombre no regresaba, se comunicó con la empresa que le había llevado la mercadería, reclamando lo suyo, siéndole informado desde ese lugar que nunca habían mandado a algún empleado para esos fines.
De esta manera se dio cuenta que le habían hecho el famoso “cuento del tío”.
La circunstancia, que se torna anecdótica, salvo para la comerciante local que resultó estafada, muestra la importancia de estar siempre atentos.
