El Grupo Entretelones estrenó “Quiero estar en las películas”

Por Susana Spano – El 26 de agosto, en la Biblioteca Sarmiento, subió a escena una obra notable de Neil Simon, con una actuación difícil de superar en el tiempo donde tres actores mercedinos muestran todo su talento en escena.

La figura de Neil Simon es un caso particular, nos atreveríamos a decir único en el mundo teatral. A través de sus fructíferos 89 años, ha dado al mundo piezas teatrales que, devenidas algunas en películas, han hecho las delicias de públicos diversos a quienes fascinaron por igual: Perdidos en Yonkers; Descalzos por el parque;  La Extraña Pareja; Irma la Dulce, Promesas Promesas; Plaza Suite; no son más que un puñado de ellas pero lo suficientemente significativas para advertir el talento y la aguda observación de este “genial retratista del siglo XX”.

La obra que el grupo Entretelones subió a escena el sábado 26 de agosto, en la Biblioteca Sarmiento, fue compuesta en 1980 y tiene algunas particularidades interesantes que la puesta supo potenciar.

La historia se centra en tres personajes: Daniel, un escritor de Hollywood fracasado, su novia Sybil, que trata de alentarlo y Rebeca, su hija, que llega inesperadamente a su vida, después de 19 años, en busca del padre que la abandonó.

La irrupción de la joven es un acontecimiento inesperado que pondrá frente a frente a dos desconocidos que deberán aprender a conocerse.

Daniel es áspero, maneja un nivel de ironía, por momentos cáustica, que intenta divertir sin lograrlo.

Así se defiende de un mundo en el que no encuentra su lugar. Este desajuste de su personalidad lo proyecta en sus afectos por temor de revelar sus verdaderos sentimientos.

Rebeca, por el contrario, es fresca, ingenua, espontánea  y entra como una bocanada de aire puro, abriéndose paso tenazmente para derribar el universo cerrado e inexpugnable de su padre. Ambos se enfrentan en diálogos soberbios, donde Simon hace gala de su maestría léxica, entrelazando humor e ironía, en un crescendo dramático que dejará al descubierto: remordimientos, culpas, recuerdos, todo aquello que estaba sepultado y aflora, de pronto, ante la demanda de un ser presente que reclama por su historia.

Cuando las máscaras caen los personajes quedan  despojados de todo artificio, casi indefensos… pero en un giro inesperado – característico del teatro de Simon – el sentimiento y la nostalgia ceden paso a LA VERDAD que, al revelarse con fuerza produce en el espectador una profunda emoción.

Pocas veces, como en esta obra, Neil Simon logra desnudar las emociones más hondas de sus criaturas, su fragilidad y la necesidad de asirse a un sentimiento  duradero.

Luján Biggini, que debuta en esta pieza como directora teatral, supo captar en esencia los matices sutiles que el autor refleja en la pieza. Con destreza condujo a los personajes para que lograran traducir los sentimientos más íntimos que el texto posee, logrando actuaciones notables.

La puesta que propuso es sobria y un verdadero hallazgo la música de Harry Belafonte que eligió para marcar las diversas escenas.

Karina Riccini, compuso una Sybil reflexiva y serena, que contempla, como un árbitro justo, la disputa que sostienen padre e hija. Es la mujer que ama, la que comprende y calla cuando debe hacerlo pero también la que en los momentos de soledad hace reflexionar a Daniel sobre su vida.

Su composición no es fácil pues tiene que poner la cuota de racionalidad y equilibrio, cuando éste parece perdido.

Riccini es una excelente actriz y, una vez más, se luce en este nuevo desafío demostrando que, aunque un papel sea acotado, se puede brillar de todas formas.

Cecilia Alfonso es Rebeca, la joven dulce e ingenua que llega a la Meca del Cine, con esperanzas e ilusiones. Su composición escénica transmitió un personaje fresco y espontáneo que irrumpe en el mundo de un padre  desconocido, con la potencia y el ímpetu de sus 22 años.

Cecilia Alfonso evoluciona a través de la obra, no solo provocando desopilantes situaciones que mueven a risa, sino abordando el conflicto dramático con solvencia, acertado dominio corporal y una interpretación insuperable, que hizo de su Rebeca una verdadera creación.

Eduardo Grinovero a través de Daniel supo descubrir todos los recursos e intersticios que Simon ideó para este difícil personaje que transita por diversos estados de ánimo a los largo de toda la pieza.

Grinovero nos tiene acostumbrados a grandes actuaciones pero ésta excede todo lo que ha hecho hasta el presente. A través de “su Daniel”, logra, matices conmovedores y sutilezas que evidencian un profundo conocimiento del texto, alcanzando momentos que traspasan una actuación excepcional.

El 26 de agosto, en la Biblioteca Sarmiento, se estrenó una obra notable de Neil Simon, con un trabajo difícil de superar en el tiempo, donde tres actores mercedinos lucieron todo su talento en escena.

“Quiero Estar en la Películas”, marcará un antes y un después, en la historia de este prestigioso grupo teatral, a quien desde estas páginas felicitamos.

Solo una pregunta queda flotando para quien lea estas líneas:

¿Rebeca, actuará o no en las películas?

Ésa es la respuesta que deberán ir a buscar ustedes cuando vayan a ver esta excelente puesta en escena.

 

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