Festejaron los 125 años de la Divina Providencia

El Hogar Divina Providencia celebró 125 años de amor por el otro. “Todo aquello que hacemos al otro se lo hacemos a Jesús”, destacó el arzobispo Radrizzani, en una misa especial de acción de gracias. Remarcó el trabajo que realizan los integrantes de la comunidad. Hubo importantes presencias

El pasado sábado por la mañana hubo una celebración especial en el Hogar “Divina Providencia” de Mercedes, ya que se festejaron los primeros 125 años de vida de esta casa en la que lo que prima es el trabajo por el otro. Hubo una misa celebrada por el arzobispo Agustín Radizzani junto a varios sacerdotes, en acción de gracias, contando con la presencia de autoridades de las Hermanas Pobres de San José, el intendente Juan Ignacio Ustarroz, el diputado nacional Carlos Selva y otros invitados especiales y miembros de la comunidad, que acompañaron a las ancianas allí alojadas que se sumaron a las actividades. Hubo descubrimiento de placas y un lunch compartido en el cierre.

La Casa Hogar Divina Providencia de la ciudad de Mercedes festejó de una manera austera pero sentida sus 125 años de existencia en la ciudad en el trabajo por el prójimo. “125 años sirviendo con alegría”, se llamó el acontecimiento, y en el la comunidad de la Divina Providencia invitó a todos los que son parte del trabajo que se realiza, tanto sea a los empelados como a los benefactores que lo apoyan de uno u otro modo. Lo central fue una ceremonia religiosa especial celebrada por el arzobispo, a partir de las 10 horas en la capilla del Hogar. En ella se rezó por los colaboradores y bienhechores, por las abuelas que han pasado por el hogar y por sus familiares, y por nuestras hermanas mayores y todas aquellas que trabajaron y trabajan en la obra.

Radrizzani destacó al Padre Pío y a la Madre Camila en estos 125 años de la fundación de la Casa, Hogar de la Divina Providencia, e historió lo sucedido desde el 23 de setiembre de 1892. “La gracia del Señor hizo que la semilla creciera y diera buenos frutos, descubriendo y afirmando lo que decía Madre Camila a sus hijas: Nuestro capitán es Jesús, la obra es de Dios y no se terminará jamás”, dijo, y destacó el “esfuerzo y trabajo de las hermanas josefinas en dar continuidad a la obra soñada y pensada por Madre Camila en bien de los humildes”. Además recordó que la población albergada pasó de niñas en tutela judicial a abuelas y hermanas mayores y enfermas “que fueron incluso columnas de esta obra junto a varios laicos”.

“Agradecemos el trabajo de las hermanas, tenemos a la superiora de la comunidad aquí y a la máxima autoridad del país también”, destacó luego Radrizzani y agradeció por el trabajo en el hogar de “corazones grandes y generosos” para los que pidió un aplauso, al igual que lo hizo para quienes “desde afuera traen una granito de arena o a veces también una bolsa de arena”. Y por último razonó con los presentes la palabra de Jesús: “Todo aquello que hicieron a los hermanos menores, débiles, enfermos, me lo hicieron a mí”, resumiendo que “todo aquello que hacemos al otro se lo hacemos a Jesús”, y la frase se la hizo repetir a todos los presentes. “Es importante que tengamos conciencia de que el mismo amor que demostramos por Jesús lo demostramos por los ancianos que viven aquí, e incluso por nuestra familia, ya que a veces existen conflictos con esposas, hijos y nietos”, completó.

Al cierre de la ceremonia religiosa, el arzobispo Radrizzani bendijo una imagen de virgen de la Divina Providencia donada por la casa matriz, inédita en Mercedes, y se descubrieron placas conmemorativas por parte de la Casa Matriz, de los integrantes de la cooperadora y se entregó una conmemoración especial en formato de bandeja de la Municipalidad de Mercedes a cargo de Juan Ignacio Ustarroz.

 

Fuente: Hogar Divina Providencia

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