Sobre el caso Cuchietti: «Iglesia y Educación: separación ya!»

Por el Plenario de trabajadoras- Partido Obrero – Un grupo de vecinas de la ciudad ha hecho pública su denuncia por abuso contra el ya fallecido fundador del colegio, el cura Héctor Cuchietti. En el detalle de los relatos se da cuenta que los abusos contra las niñas se perpetraban en los momentos de la confesión y en retiros. Una vez más otro caso de abuso dentro de la iglesia católica. 

Según las declaraciones de las propias víctimas tomaron la decisión de exponer los abusos luego de más de 40 años  y lo hicieron de la mano con un pedido de reparación , el retiro del nombre de la calle y placa homenaje que se encuentra en una de las calles de acceso al colegio parroquial 

Ante éste pedido desde el HCD local se trató el pedido de derogación de la ordenanza  en su última sesión y efectivamente con el voto favorable de la mayoría, se dio lugar al pedido de las víctimas. La votación fue por mayoría, pero no por unanimidad. Desde el bloque de Juntos por el Cambio cuatro concejales no votaron en forma afirmativa, entre ellos el Dr Comesaña, quien fuera ecandidato a intendente por esa fuerza política. Entre las declaraciones que emitió para justificar su decisión fue la de no tener conocimiento previo de situaciones de abuso por parte del cura, habiendo sido alumno de ésta institución. Es decir que su alegato fue el de anteponer la palabras de conocidos suyos y la propia ante las declaraciones de las víctimas  y  la de salvaguardar el buen nombre de un abusador hasta tanto se emita un dictamen desde la Conferencia Episcopal.  

El cuestionar la palabra de las víctimas no es algo nuevo, desde declaraciones públicas como pudo ser la de Thelma Fardin hasta las que se realizan en el entorno familiar y son desestimadas, o la invención del Síndrome de Alienación Parental, son prácticas que buscan sedimentar la idea de inocencia del abusador y poner en tela de juicio a quienes se animan a hablar, son prácticas de sanción social para amedrentar a las víctimas. Por lo tanto no  se puede dejar pasar por alto una situación de tal gravedad, ya que lo que hace es abonar la inseguridad de las victimas actuales o futuras a la hora de denunciar o dar a conocer casos de abusos. Contra éste tipo de prácticas se  han gestado movimientos como el “Me Too” y en términos más locales el “Yo sí te creo”. 

Los curas abusadores cuentan con el andamiaje de protección de una de las instituciones más grandes en el mundo entero, un andamiaje cultural, legal y económico enorme que está en connivencia con el propio estado argentino, lo que menos necesitan es que se siga abonando dicha protección a través de declaraciones de ésta índole. La urgencia de la separación de la iglesia del estado se hace cada vez más palpable, al igual que el cese de subsidios a las iglesias y la educación religiosa. 

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