La pandemia del cambio climático

Por Cristián Frers* – La casta política de Argentina tiene hoy en día más de un frente sobre el que trabajar. La crisis sanitaria por el Covid 19 y ahora, se suma una nueva preocupación: la posibilidad de una segunda pandemia, la climática.

No debería tomar por sorpresa a nadie el cambio climático, el hecho de que es una realidad, que está sucediendo y no puede revertirse a no ser que se tomen medidas activas y coherentes para frenarlo… Mi opinión es que ya se pasó la línea del no regreso y se haga lo que se haga, ya no se puede volver atrás, lo expreso como profesional, como Técnico Superior en Gestión Ambiental, ya que es sabido que en los próximos 20 años, incluso si en la actualidad se toman acciones drásticas y rápidas, la temperatura subirá entre 1,5 y 2 grados.

Las vastas y dramáticas consecuencias están a la vista: incendios masivos, sequías, bajas en los caudales de agua, y muchos más resultados de los cambios en los patrones climáticos de los últimos años. A los cuales hay que sumar los carpinchos del Nordelta y la falta de nieve en la cordillera. El mar va a seguir creciendo y no van a ser pocas las casas costeras que terminen devoradas por el agua.

Considero que ya no hay más especulaciones, no hay regiones del planeta que no hayan sido impactadas. Es un hecho que las causas del calentamiento global son por la acción de los seres humanos.

En los próximos años el cambio climático nos va a pegar fuerte. Mas inundaciones, mas sequias, más calor, menos nieve. Para mi estos cambios no hay una vuelta atrás o no son reversibles a escala de cientos o miles de años. Son procesos lentos y se dan en los océanos o en las regiones frías de nuestro planeta. En particular, el retroceso de glaciares y la pérdida de los cascos polares continuarán aunque dejemos de emitir gases de efecto invernadero.

Frente a esto, la Argentina parece dormida. Dormida por completo, sin direcciones evidentes ni campañas públicas de toma de conciencia.

Expertos meteorólogos advierten sobre diversos eventos que podrían tomar lugar en los próximos meses, como por ejemplo el fenómeno de “La niña”. Es de suma importancia resaltar que estos fenómenos climáticos, combinados con la situación macroeconómica actual, podrían impactar aún más en la economía Argentina.

La pandemia de covid-19 fue el gran problema de 2020, sin duda, pero espero que, para fines de 2021, las vacunas se hayan activado y hablemos más sobre el clima que sobre el coronavirus.

En las ciudades se concluye que se va a intensificar el calentamiento a escala local y esto significa entonces que las ciudades van a experimentar aumentos en la severidad de las olas de calor, ya que las ciudades experimentan lo que se llama “isla urbana de calor”.

Por otro lado, el aumento de las temperaturas reducirá la demanda de energía doméstica para calefacción, pero al mismo tiempo elevará la demanda de refrigeración eléctrica, lo que impactará en los precios de la energía y las inversiones en ese sector.

El ambientalismo en la Argentina no es una política de Estado. Es declamación, a lo sumo, pero no pasa de retórica sin práctica. Pierde la pulseada con el mercado y el argumento de que en una economía vencida resulta descabellado regular actividades y ganar menos en pos de cuidar la naturaleza.

La lucha contra el calentamiento global no consiste, lamentablemente, sólo en tapar basurales, plantar arbolitos o crear áreas protegidas. Implica discutir modelos de producción. Pero no existe ese debate en la Argentina.

El mensaje no es esencialmente nuevo pero muestra cada vez más urgencia. Desde hace más de 30 años los científicos advierten sobre los cambios en la atmósfera y las políticas nacionales e internacionales no han sido suficientes para frenar la suba global de las temperaturas.

Es imprescindible que los gobiernos utilicen este aviso anticipado para organizar su planificación en sectores sensibles al clima como la salud, los recursos hídricos y la gestión de desastres, demostrando que es posible planificar sustentablemente y con vistas al resguardo de la población.

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista)

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