Homenaje a Manganiello: «Pedales en el Cielo»

-A Antonio Manganiello, in memorian-
Nuestro primer vehículo,
con el que azotamos el mundo
y dibujamos las veredas
fue una bicicleta,
chiquita, con ruedas,
nueva, usada, intrépida o vacilante
el primer empujón de nuestro padre,
fue sobre ese Rocinante.
Nuestra primer caída
el soberbio porrazo, el derrumbe
del cual nos levantamos
fue con ese caballo de ruedas pequeñas.
La vez que algo se rompió después de Reyes,
el lugar que buscamos ayuda
para volver a volar sin santo y seña,
fue en tu bicicletería,
el lugar de los milagros
donde todo vuelve a su lugar,
el mecánico de las herramientas prontas
el mago de mitad de cuadra.
Obreros, gente humilde, corredores,
amantes del aire puro, señoras de mandados,
todos tenían en ese taller sin preaviso,
el lugar donde pedir socorro,
las manos que arreglarían los desatinos
sin agotar los ahorros,
de jinetes que llegarían a destino.
Partiste, un tanto pronto, a lugares distantes,
donde las distancias se miden, quizás,
en seres amados…
en sonrisas sin tiempo
en corazones emparchados por gente decente.
Que tengas buen camino,
-andarás sobre ruedas lo sabemos,-
y al llegar no estarás solo,
(jamás lo están las almas buenas).
Ya sabemos dónde encontrarte,
sentado sobre la silla, llave en mano,
a mitad de cuadra, mirando al que entra/
para darle una mano a quién sea.

Oscar Dinova, escritor y vecino
Jueves 16/9/2021

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