Museo Ameghino: Descubren una nueva especie de 100 mil años de antigüedad

Desde el Museo de Ciencias Naturales «Carlos Ameghino» de Mercedes (MCA) informaron que hallaron entre los materiales fósiles restos de un caparazón de una tortuga fósil encontrada en el Río Luján, que data de unos 100.000 años de antigüedad.

Las autoridades del Museo explicaron que el estudio fue realizado por el Dr. Federico Agnolin, investigador del CONICET en el MACN y asesor científico del MCA. «En el estudio se reconoce una especie desconocida para la ciencia a la que se denomino’ Chelonoidis petrocellii, en honor al naturalista mercedino Jorge Luis Petrocelli, quien fuera descubridor de los restos.
Esta nueva tortuga es semejante a la tortuga terrestre argentina (científicamente conocida como Chelonoidis chilensis), pero se diferencia entre otros detalles por el caparazón proporcionalmente grueso», explican desde el Museo.

«Si bien era de tamaño comparable al de las especies vivientes, Chelonoidis petrocellii convivió con una gran variedad de tortugas gigantes hoy en día extintas. Todos estos quelonios habitaron gran parte del territorio argentino, pero hace unos 10.000 años antes del reciente se extinguieron sin dejar descendientes. Todas ellas desaparecieron junto a los grandes mamíferos que caracterizaron la ‘Era del Hielo’, como los tigres dientes de sable, los perezosos terrestres y los mastodontes. Todos ellos encontraron su final, por causas aún desconocidas, entre las que se pueden contar el cambio climático, la caza indiscriminada por los primeros seres humanos llegados al continente, entre otras», agregan desde el Ameghino.

«Previo a su extinción, las tortugas terrestres eran abundantes en regiones como la Mesopotamia y el noreste de la provincia de Buenos Aires. Estudios llevados adelante en Argentina muestran que las tortugas terrestres vivientes, ayudan a la dispersión y germinación de muchos vegetales, como ser tunas (Opuntia), tomates silvestres y Papas de Monte (del género Prosopanche) y la relación entre ellas con las tortugas puede considerarse casi simbiótica. De este modo, es posible que todas estas plantas se hayan visto afectados negativamente luego de la extinción de las tortugas terrestres como Chelonoidis», destacan desde el Museo de Ciencias Naturales de Mercedes.

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