Mujeres privadas de libertad de siete cárceles bonaerenses participaron de un encuentro con escritoras

Por Prensa SPB – En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, internas de cárceles de La Plata, Olavarría, Mar del Plata, Azul, Bahía Blanca, Mercedes y Florencio Varela compartieron una charla con las autoras del libro “Por qué llora esa mujer”

Mujeres privadas de libertad de siete cárceles bonaerenses participaron este lunes de una charla virtual con las dos escritoras del libro “Por qué llora esa mujer” en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Internas de las Unidades 8 Los Hornos, 52 Azul, 50 Batán, 4 Bahía Blanca, 54 Florencio Varela, 5 Mercedes y 2 de Sierra Chica, pudieron compartir con las escritoras Ángela Pradelli y Alejandra Correa sus propias experiencias de vida y sus opiniones en relación al libro

Se trató de una iniciativa que contó con el aval del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y que fue organizada por el Servicio Penitenciario Bonaerense a través de la Dirección de Vinculación, Gestión y Planificación de Políticas Institucionales para la Reducción de Riesgos, la Reincidencia Delictiva y la Dirección de Género y Diversidad y la Subdirección General de Políticas de Género.

A través de la plataforma Zoom se logró reunir a las autoras del libro como así también a algunas de las personas que dieron su testimonio y forman parte de él.

Al respecto, Daniela, integrante del pabellón de diversidad sexual de la Unidad 2, que participó del encuentro, dijo: “Porque no se necesita ser profesional para extender una mano y ayudar, es importante poder pedir ayuda”.

“La idea de hacer un libro colectivo tiene que ver con esa posibilidad de hacer algo cuando sucede un femicidio, de no ser meras espectadoras de una realidad que nos supere; como escritoras podemos hacer algo, con las herramientas que tenemos, desde nuestro lugar. Cuando hacemos un libro no sabemos qué va a suceder; es la importancia de dar y redactar un testimonio, porque podemos llegar a cambiar la vida de una mujer (…)”; explicó la escritora Alejandra Correa.

El encuentro finalizó con un aplauso emotivo para todos los presentes y especialmente para todas aquellas mujeres que pudieron dar su testimonio.

Estuvieron presentes en la jornada la Subdirectora General de Políticas de Género, Soledad Soubercazes, la directora de Género y Diversidad, Gisela Coria; la jefa del Departamento Gestión Comunicacional, de la Dirección de Vinculación, Gestión y Planificación de Políticas Institucionales para la Reducción de Riesgos, la Reincidencia Delictiva y Violencia Intercarcelaria, Silvana Cekanauskas; María Luján Arbe y Magno Giménez Villalba, directora general y subdirector general de Institutos de Formación y Capacitación respectivamente, la directora de Estudios Penitenciarios Ana Cremaschi , acompañados por las autoridades y personal penitenciario, docentes y talleristas de los distintos establecimientos carcelarios.

«La violencia contra la mujer en todas sus formas es una violación de los Derechos Humanos. Reflexionar y concientizar acerca de este flagelo, que sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, Desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas, es primordial, la violencia de género puede y debe prevenirse. Desde esta Dirección de Vinculación Gestión y Planificación de Políticas Institucionales, cómo cada año, gestionamos, coordinamos actividades con el objetivo de visibilizar, prevenir y concientizar sobre esta temática”, sostuvo Cekanauskas.

“Por qué llora esa mujer”, es un libro colectivo, coordinado por las escritoras Pradelli y Correa con prólogo de María Pía López. El texto reúne más de treinta testimonios de mujeres que sufrieron la violencia machista y patriarcal con testimonios a mujeres que padecieron diferentes tipos de violencias, receptados por un grupo de escritores y escritoras que relata esas historias silenciadas.

Los testimonios, relataron esas historias que fueron silenciadas y sucedieron en las casas, escuelas, familias y ámbitos laborales. “A nosotras nos pareció muy importante ayudar desde nuestro lugar, es importante pensar desde el lugar donde estemos, con qué herramientas podemos colaborar, porque siempre hay algo que podemos hacer para ayudar a alguien que está atravesando violencia. Que las mujeres puedan dar testimonio es un camino de esperanza”, compartió la escritora Ángela Pradelli.

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