Marcela Cueto: “Mis obras siempre son ambiguas”

Por TeCleArte – Desde que se implementó el Salón de Pintura de la ciudad, Marcela Cueto es una de las máximas ganadoras. El sábado último recibió su segundo primer premio a la obra de la artista local, pero tuvo otros dos primeros premios al Salón general y no lleva la cuenta a menciones y otras distinciones recibidas en las dieciséis ediciones del certamen de pintura de la ciudad.

Marcela Cueto con su familia junto a la obra ganadora del premio local

“En el país de no me acuerdo” es el título de la obra que ganó en este 2019. Marcela Cueto agradeció el premio y habló en nombre de los artistas plásticos premiados. Al final del a entrega de premios y mientras los presentes compartían el ágape, la artista plástica múltiple ganadora e hija del recordado Héctor Cueto, también artista plástico y ceramista, habló de su obra.

La pintura ganadora mantiene el concepto en el que Marcela Cueto trabaja. “Cuando se mira la obra en retrospectiva es cuando uno se da cuenta que gira en torno a ideas en común con otras obras anteriores. Suelo trabajar sobre un fondo oscuro en lugar de partir de la tela en blanco. A veces la cubro de brea o de sintético mate negro como en este caso”, explicó sobre el material utilizado en el cuadro.

Marcela recibiendo el premio de manos de las autoridades locales.

En el detalle de la pintura de Cueto, puede verse una “nursery” y su título –  “En el País del No Me Acuerdo” – nos remite a la película “Historia Oficial” y a la imagen de la pequeña protagonistas del film cantando a María Elena Walsh. Precisamente fue esta secuencia la que Marcela Cueto escuchó por radio cuando estaba pintando el cuadro. “Fue casual el título y la imagen. Son esas cosas mágicas que pasan cuando uno trabaja en un cuadro. Justo en la radio hablaron de la película y el audio de la nena cantando la canción de María Elena”, contó.

“Mis obras siempre son ambiguas.  No apunto a una sola lectura, sino a la multiplicidad de las lecturas. En el cuadro, cuando lo ves de lejos, no sabes si son ventanas, celdas, tumbas o cunas. En esto de que la vida se agita en esos espacios aislados, con personitas, identidades, el anonimato también me retrotrajo a la pérdida de la identidad con la uniformidad. Todas las cunas son iguales, las disposiciones también, me retrotrajo a la supresión de la identidad de cada uno de los niños”, agregó para luego relacionarlo con su propia experiencia para ser mamá de trillizos.

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