Familiares, amigos y vecinos despidieron a Luna con aplausos

Citados por la familia de Fernando Luna fueron cientos los vecinos, amigos y familiares del locutor que se hicieron presentes en La Trocha, en el mismo lugar donde funciona Radio Vida y que Luna supo recuperar y reconstruir hace más de veinta años. Muchas lágrimas, y saludos de puño a la espera del coche fúnebre que cuando arribó al estacionamiento de la vieja estación de trenes, se transformaron en llanto fuerte y nudos en las gargantas.

Por los parlantes, sonaba la voz de Fernando. Él mismo, desde algún lugar del éter, perdía aplausos y palmas porque estaría por llegar. La voz de Fernando, alegre y entusiasta, animaba su despedida en una grabación realizada por sus colegas y amigos periodistas para recordarlo y homenajearlo.

«Arriba las palmas, palmas, palmas, en esta última noche de carnaval» se escuchaba por el parlante y los presentes, llorando a Fernando, lo aplaudían a él. En una despedida emotiva y sentida en la que fueron muchos los que se acercaron al coche donde se leía «Fernando Luna Frucha».

En el Cementerio Municipal, su cuerpo fue trasladado por amigos y familiares. Algo más íntimo, pero igual con mucha gente alrededor. Los presentes rezaron por Luna y de a poco fueron despidiéndose de él en el lugar donde su cuerpo yacerá bajo tierra.

Fernando, el que en los ’90 invitaba a través de la televisión a jugar con Hola Cierre, el que firmó autógrafos en las calles mercedinas, el que movilizó el céntro comercial, el que hizo que decenas de canoas y barcos navegasen el Río Luján, el que heredó de su padre la pasión por los micrófonos radiales, el que las cuatro noches de carnaval nos invitaba a aplaudir a cada atracción que apuraba diciendole que llovía en la Pulpería. Fernando Luna, el colega, el amigo, el ídolo popular mercedino.

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