La importancia del ambiente

Por Cristián Frers – La importancia del ambiente es hoy en día innegable y esto tiene que ver con el abuso y el desgaste que el ser humano genera de manera cada vez más notoria sobre los complejos fenómenos naturales, provocando alteraciones al ambiente que afectan no sólo a otros seres vivos sino también a sí mismo.

Así es como los bosques eliminan el dióxido de carbono y otros contaminantes del aire que respiramos y también enfrían la temperatura del aire, reduciendo la formación de ozono a nivel del suelo, un contaminante que puede empeorar problemas de salud; los humedales almacenan aguas pluviales, filtran y producen contaminantes inofensivos para las aguas pluviales y recargan los acuíferos, de donde la mayoría de los humanos obtienen agua potable, con estas aguas filtradas; y los sistemas de dunas en las playas forman barreras naturales para las olas de tormenta y proporcionan un hábitat importante y formas de viaje para la vida silvestre.

El ambiente es muy importante, porque de él se obtiene agua, comida, combustibles y materias primas que sirven para fabricar las cosas que se utilizan diariamente. El Planeta es nuestro hogar, de él depende nuestra existencia humana. Al abusar o hacer mal uso de los recursos naturales que se obtienen del ambiente, se pone en peligro y lo agotamos.

La agenda ambiental nace de la conjunción de la realidad, y el discurso público, construcción social y mediática del medio ambiente como un lugar de crisis.  Hoy, como nunca antes, empresas, gobiernos y organizaciones necesitan atender y responder a estas agendas para gestionar con éxito la viabilidad de sus proyectos y negocios.

Al ser interrogados acerca de cuán preocupados estaban por el cuidado del ambiente en el país, un 82% de los argentinos se declaró muy o bastante preocupado. Sin embargo, cuando se preguntan los temas más relevantes del país, los argentinos no incluyen el cuidado ambiental. Las claves para entender esto son:

  • El ambiente es una realidad tangible; el ambientalismo es una construcción social.
  • ¿Ambientalismo o ambientalismos? Por qué la generalización nos oculta los matices.
  • El discurso del desarrollo está en tensión con el discurso ambientalista.
  • Conflictos locales: depender económicamente de una industria condiciona al activismo ambiental.
  • Al Estado y a las instituciones ambientalistas les cuesta mucho ser un árbitro legitimo en la resolución de conflictos ambientales.

Esto sucede porque gran parte de la gente que contiene los organismos oficiales no poseen gente capacita o profesional en ciencias ambientales entre sus miembros, el problema radica en que, en cada institución, aún no se ha comprendido que el ambiente saludable debe ser también sostenible. El desarrollo humano integral tiene tres dimensiones: económica, social y ambiental. Por lo que además de la protección ambiental y la gestión de los recursos naturales, se debe trabajar por el progreso humano, la dignidad y libertad del hombre, la generación de riqueza y la erradicación de la pobreza. Todo ello al mismo tiempo, ese es el desafío.

Estamos tan acostumbrados al hecha la ley, hecha la trampa, que aquella medida de la ex Ministra de Economía, Batakis tuvo más de efectista que de verdadero comienzo de saneamiento del empleo público. Mientras la efímera ministra disponía el congelamiento de ingresos en el Estado hasta diciembre de 2023, en el Boletín Oficial se publicaban numerosos llamados a concurso para cubrir, entre otros, 120 cargos en el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

En absurda defensa de semejante contrasentido, el Gobierno destacó el hecho de que esos ingresos se concretaran mediante concursos, pero no aclaró que eran exclusivos para quienes trabajaban para el Estado en condiciones precarias, es decir que, en definitiva, ya estaban cobrando desde hacía mucho tiempo sus haberes con dineros públicos. Mal podría hablarse entonces de transparentar el empleo estatal mediante pruebas de oposición y antecedentes cuando nadie de fuera del sistema está habilitado para competir… Y, lo que sucede en el Ministerio Ambiental Nacional, lo mismo pasa con los Ministerios o Secretarias Provinciales y con las Direcciones Municipales.

El problema es que nuestro país está plagado de prohibiciones a actividades de desarrollo, sin fundamentos técnicos razonables. El ambientalismo político o de la inmensa mayoría de las ONG’s ambientalistas argentinas proscribe el desarrollo de la industria. Lo cierto es que esta posición no permite el pleno ejercicio de los derechos humanos. Al obstaculizar la producción sin fundamento técnico, nos alejamos del sendero del desarrollo sostenible. Esta miopía no permite ver ni proyectar a corto, mediano y largo plazo y, mucho menos, contribuir a la generación de riqueza y empleo. Es necesario para promover un cambio, llamar a Concurso Público Abierto para cubrir cargos relacionados con la materia ambiental en instituciones políticas y en las ONG’s.

Se requiere superar esa miopía, permitiendo la protección del ambiente y gestionando, a la vez, los riesgos de las actividades humanas, de manera de mitigar los impactos negativos y potenciar los positivos. El derecho humano apunta a un ambiente saludable y, además, sostenible. Esto impone una visión humana a corto, mediano y largo plazo para proteger el ambiente, basada en la ciencia y la razón, para llevar a cabo un desarrollo humano integral.

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

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