Prensa, periodismo, libertad y muerte de la neutralidad

Por Luciano Demergasso

El día del periodista suele ser recordado a partir de la figura de Mariano Moreno y alrededor de la idea de libertad de prensa. Las efemérides nos cuentan de la vocación de Moreno por transmitir al pueblo los diversos acontecimientos sociales en lo que hoy llamamos medio de comunicación y que dentro del plano impreso era la Gaceta de Buenos Aires.

La primera lectura puede bien ser esa: un hombre dispuesto a socializar los acontecimientos buscando mejorar el debate plural. Otra podría ser el pensar que Mariano Moreno lo que en rigor estaba creando era un eficaz y efectivo aparato de interpelación ideológica y político que representaba intereses de un sector. Lo que hoy llamaríamos prensa militante como manera de deslegitimar algo que expone ideas. ¿Era acaso Mariano Moreno un hombre que negaba sus posiciones político ideológico? No. De hecho las sospechas de su envenenamiento en alta mar son más que sospechas. Afirmaciones. La famosa frase: “se necesitó tanta agua para apagar tanto fuego” habla claramente de que no era un sujeto pasivo, ambivalente y miedoso. Muy por el contrario.

Hoy el debate entre periodistas es un hecho. La toma de posición se hace cada día más cotidiana. Son cada vez menos los que defienden la neutralidad y la objetividad de la tarea.

La ciencia, desde hace tiempo, dejó de lado el mito de que el laboratorio de ensayos es neutro a la sociedad. ¿Qué conduce a los periodistas a llamarse neutros, objetivos o instancia semejante? Quizás una inocencia. Quizás, justamente, la falta de inocencia.

El aula de clases reconoce es influenciada por la sociedad porque la realidad la supera. La atraviesa. También lo hacen los médicos y los ingenieros que reconocen sus tareas se llevan a cabo en la sociedad. (No todos, por supuesto) ¿No es hora de qué dejemos de lado el “mito” y pasemos a decir la verdad? El periodismo no es neutro, ni objetivo ni independiente: es social y por lo tanto interpelado e interpelador político, cultural, ideológico, económico. En fin. Camino de doble vía.

Las efemérides y los recordatorios son importantes si los acompañamos de la correspondiente reflexión sostenida desde su contexto socio histórico. A su vez si la analizamos a partir de la búsqueda de la mejora de la realidad vigente.

Que Mariano Moreno pensara en la libertad de expresión es un dato importante e interesante, pero, más lo es que en rigor estaba creando un órgano político con fines y acciones sobre la realidad: Moreno transmitía ideas. Punto y aparte.

Hoy día bienvenida sea la muerte de la neutralidad, una de las más profundas falacias sostenidas desde añejo discurso constructor de status quó para los que a si mismo se denominan cuarto poder

 

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