Un Artista llamado… “Eduardo”

Por Susana Spano –  Aunque nació en Buenos Aires, llegó a Mercedes de la mano de sus padres cuando tenía tres años. Vivió rodeado de Arte: plástica, música, libros y un abuelo que había estudiado pintura en Italia y, según nos cuenta, lo inició en el mundo del teatro de una manera poco usual…

El elenco de Eduardo estrenará el domingo 26 en la Trocha

E.D.L – “Mis padres tenían muchos compromisos sociales, papá era Cónsul de Italia en Mercedes y por las noches tenían que asistir a distintos eventos. Yo me quedaba solo con mi abuelo y él, en lugar de contarme cuentos antes de dormir, me contaba óperas – Aída o La Traviata – y me “las cantaba” porque tenía una voz hermosa y me hacía todos los personajes. Era divertidísimo. Cada vez que mis padres salían por la noche, en lugar de entristecerme estaba feliz porque sabía que, antes de dormir, el abuelo me regalaría una nueva ópera. Yo esperaba fascinado. Mi imaginación se transportaba a esos mundos exóticos y volaba; creo que ahí ya empezó mi vocación por el teatro, mi abuelo fue, sin duda alguien muy importante en mi vida”. Tan importante fue el abuelo Vittorio que, con el paso del tiempo, cuando tenía aproximadamente doce o trece años, comenzó a hacer pequeñas obras de teatro con su hermana, Alicia, sus primas y vecinas. En el jardín de su espaciosa casa, dirigía la obra, su abuelo diseñaba y pintaba las escenografías y luego daban funciones para los vecinos a quienes les cobraban la entrada.

S.S.- ¿Cuándo llega el acercamiento con el teatro profesional?

E. D. L.- “En el 61, estaba en quinto año y en Mercedes había una biblioteca circulante, que la manejaba Berto Taberne; a mí me encantaba leer. Un día me dice: “che, Eduardo, a vos que te gusta el teatro, ¿no querés ir una noche a las clases de la señora de MIlessi?” Y así conocí a Ida Zóccola de Milessi con quien hice personajes muy interesantes: el ganapán del “Juez de los Divorcios” (el Entremés de Cervantes) el protagonista de “El Reñidero” de Sergio De Cecco y muchos títulos más.

Un día fui a ver una obra de Julio  – Yiyo – Celeri, el director del grupo La Barca,  y quedé deslumbrado. Hizo “Feliz Viaje”, “El otro Judas” (Abelardo Castillo) y otras. Desde ese momento comienzo a trabajar con él. Mi primer trabajo en su compañía fue “Los de la mesa Diez” de Osvaldo Dragún y posteriormente “El Zoo de Cristal” de Tennessee Williams, obra tremenda, enorme que le agradezco hasta el día de hoy que me haya permitido hacer”.

S.S.- ¿Qué papel hacías?

E. d. L –“El de Tom…”apaga de un soplo tus velas, Laura, porque el mundo está iluminado por un relámpago (rememora). Un texto enorme, soberbio”.

S.S.- ¿Y la etapa del Conservatorio?

E. d. L- “Una etapa hermosa, con grandes maestros, Nocera; Bonet, Alcón”.

S.S.- De todos ellos, cuál fue el más significativo.

E. d. L- Bonet, que tenía la ética  de lo que debe ser el arte y lo que te decía tenía todo que ver con eso. Te enseñaba pero, además, te educaba  como actor, como artista. Era fantástico. Alcón era encantador pero muy joven  y Nocera era un viejo chinchudo pero sabía mucho.

S.S.- ¿Y cuándo comienza la dirección?

E.d.L.-   “Se realiza un certamen, no recuerdo muy bien en qué ciudad; “Yiyo” decide poner “El Reñidero” y me ofrece hacer el papel que ya había hecho acá, La señora de Milessi compuso el papel de la madre y María Elsa Lagomarsino, la hermana (estaba muy bien en el papel). Después de esa representación Yiyo sufre algo así como una especie de vacío interior y tomo la dirección. La primera obra que hago es “Doña Rosita, la Soltera” de García Lorca;  después siguieron: “Soledad para Cuatro” de Ricardo Halac; “Comedia Negra de Peter Shaffer;  “El Organito” de Armando Discépolo. En ese tiempo dirigía y actuaba en algunas obras. En una función de la obra de Discépolo, estaba en un escorzo; mientras estaban actuando dos compañeros me encontré, en personaje, repitiendo la letra de ellos. Entonces me dije “Eduardo, tenés que bajarte del escenario”. Y me bajé definitivamente”.

S.S.- ¿Fue duro bajar?

E.D.L.- “Es como cuando me preguntan ¿sentiste dejar de fumar? ¡No! Ya no. Es tan rico el poder dirigir, tiene tantos matices. Estás un poco en cada uno de los personajes, los vas guiando.

A mí me cuesta mucho dejar una pieza; en el momento que la dejo es de los actores y del público y les digo “desde ahora en adelante se abre el telón y ustedes son los oficiantes de esta ceremonia”.

Cuando se abre el telón los actores se largan al vacío. Siempre digo que el actor es un acróbata que se tira a hacer la pirueta y debe aferrarse a algo para no caer. El actor tiene que estar en un eterno presente, porque nosotros vivimos en un eterno presente”.

Su carrera como docente en Mercedes fue rica y fructífera, primero en el Colegio Nacional, en La Escuela Normal después. Confiesa que fue un tiempo hermoso, en el que aprendió mucho de sus alumnos… “pude darme cuenta de esa cosa natural que tiene el adolescente, que cree que se va a comer el mundo y que podían hacer una escena solos ¡Y la hacían! Porque tenían confianza en ellos mismos”.

Entre sus alumnos podemos mencionar a Carolina Fal, Eduardo Grinovero, Papina Mariela, Víctor Stabile, Julio Maldonado y muchos más.

Han pasado los años e innumerables experiencias artísticas en Carlos Casares, 9 de Julio y otras pero, como reza el viejo adagio: “siempre se vuelve al primer amor” y Eduardo De Laudano regresó a Mercedes como Director de la Comedia Municipal para estrenar, el próximo 26 de noviembre, “La Fila”.

E.d.L.- “Lo hago por todo lo que el pueblo de Mercedes  me dio. Organizar la Comedia y ayudar a que avance es un homenaje, además, a todos los que ya no están que han sido directores y actores nuestros – Yiyo Celeri, la Sra. de Milessi – que tanto hicieron por el teatro. Quiero hacer todo lo que esté a mi alcance para que esto quede instalado definitivamente y permitime destacar  que hay un gran apoyo de las autoridades, del Intendente, Dr. Ustarroz, de la Directora de Cultura, Lucía Capascio y se ha formado un grupo realmente muy valioso de trabajo”

S.S.- ¿Cómo surge la obra que estrenarán el 26 de noviembre?

E.d.L.-“La obra se llama La Fila. Es una larga cola donde va un montón de gente a pedir números que nunca puede tener. Es un poco la historia de nuestro país. La dramaturgia es mía con un trabajo de creación colectiva posterior, que se organizó de la siguiente manera: repartí los personajes entre los actores y les di la situación. Ellos la iban desarrollando, me lo devolvían, yo hacía las correcciones pertinentes, volvía a entregárselas y así surgió el texto definitivo.

Comenzamos a trabajar en julio y en este momento digo que “estoy bordando” porque es cuando se pueden hacer todos los ajustes que la puesta requiere”.

S.S.-  ¿Quienes son los intérpretes?

E.d.L- “Carmen Gioscio, Juan Ignacio Carbone, Patricia Pérez, Milagros Carbone, Juan Ignacio Bocci, Gabriela Becerro, Guillermo Torres y Catalina Basso. Música y efectos especiales: Ángel Bettoni. Escenografía: Chori Carbone. Iluminación: Comedia Municipal. Te comento, además, que el estreno será en el Teatro de la Trocha, una sala nueva que quedará inaugura ese día con nuestra obra y que solo hay localidades para 80 personas, porque la sala es pequeña.

Quienes deseen asistir deben pasar durante la semana por la boletería del teatro Gioscio – calle 27 entre 24 y 26 – pues, aunque el espectáculo es gratuito, deben entrar a la función con las correspondientes entradas por una cuestión de orden.

El 26 de noviembre a partir de las 20.30 será un gran día para Eduardo de Laudano, porque se darán en conjunción tres acontecimientos especiales: inaugurará un nuevo teatro para Mercedes, estrenará una obra y cumplirá años.

Dicen los que saben que la casualidad se parece mucho a la Providencia y providencial será que este artista que tanto le debe a Mercedes, según expresa, pueda devolverle a la ciudad que lo vio crecer, un espectáculo que creemos será inolvidable.

Desde un lugar muy especial y sin entradas, lo estarán mirando tres seres que amó con intensidad y a quienes debe parte de su vocación: el abuelo Vittorio que le cantaba aquellas óperas  asombrosas, su padre que lo llevó un dú de la mano a ver los maravillosos Títeres de Podereca y su madre, que una tarde vació un desván completo de su casa para que hiciera teatro por primera vez con su hermana y sus amigos.

La cita es el 26 de noviembre a las 20. 30, en el Teatro de la Trocha. La obra: “La Fila”. La Dirección de Eduardo de Laudano, un hombre en el que late el fuego sagrado de los creadores.

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